Los investigadores de la Universidad de Waterloo, la Universidad de Columbia Británica y la Universidad de Auckland descubrieron diferencias en el modo en que el cerebro procesa la información visual en pacientes con diversos tipos de ojo vago. Al hacerlo, son los primeros en demostrar que el cerebro puede desviar la atención de un ojo vago cuando ambos ojos están abiertos.
«Los tratamientos actuales para el ojo vago se dirigen principalmente a las primeras etapas del procesamiento visual dentro del cerebro», dijo Ben Thompson, profesor de la Facultad de Optometría y Ciencias de la Visión de Waterloo.»Los resultados de este estudio nos muestran que los nuevos tratamientos deberían dirigirse también a procesos de nivel superior, como la atención».
El ojo vago, conocido como ambliopía, es una pérdida de visión que se origina en el cerebro, normalmente cuando un niño desarrolla un giro de ojos (tipo estrábico) o una diferencia sustancial de error de refracción entre los ojos (tipo anisometrópico). La entrada desigual hace que el cerebro ignore la información del ojo más débil durante el desarrollo cerebral. Convencionalmente, los profesionales de la salud visual trataban los distintos tipos de ojo vago de forma similar, principalmente porque las deficiencias visuales experimentadas parecían ser las mismas.
En este estudio, la investigadora principal, Amy Chow, y sus colegas pidieron a los pacientes que prestaran atención a un conjunto específico de puntos entre un grupo de puntos distractores, todos ellos en movimiento en una pantalla de ordenador. Sin embargo, los puntos rastreados sólo eran visibles en un ojo (el ojo más débil) mientras que los puntos distractores sólo eran visibles para el otro ojo (el ojo más fuerte).
Para las personas con visión normal, así como para aquellas con ambliopía anisometrópica, mostrar imágenes diferentes entre los dos ojos no importaba. Ambos grupos fueron capaces de superar la interferencia de distracción y seguir los puntos con éxito. Los pacientes con ambliopía estrábica, en cambio, no pudieron dirigir su atención a los puntos objetivo cuando sólo eran visibles para el ojo más débil.
«Una de las razones subyacentes por las que algunas personas con ojo vago tienen una visión deficiente se reduce a la forma en que el cerebro suprime un ojo», dijo Chow, estudiante de doctorado en la Facultad de Optometría y Ciencias de la Visión de Waterloo. «El ojo que ve mal está abierto, la retina está sana y envía información al cerebro, pero esa información no llega a la conciencia porque el cerebro decide no utilizarla»
Alrededor de treinta y cinco mil canadienses -el uno por ciento de la población- tienen ambliopía estrábica. Esta afección puede corregirse en la infancia, pero la eficacia del tratamiento puede ser muy variable. Estos hallazgos son un paso adelante en el desarrollo de mejores tratamientos para el ojo vago.