Con la temporada festiva a la vuelta de la esquina, ¿qué te parece poner un poco de emoción en tu vida durante las vacaciones? No, no estamos hablando de una noche de cócteles o de un viaje. Algo que puedes hacer dentro de la ciudad, intenta hacerlo dentro de los días normales de la semana. La inversión de roles es una actividad divertida que podéis probar en pareja. En realidad, no tienes que fijarte en los roles estereotipados de género, simplemente intercambia las cosas que haces normalmente con las que hace tu pareja, ya sean tareas en casa o hacer recados fuera. Puede ser cualquier cosa -grande o pequeña-, pero intercambia y trata de hacerlo. Inténtalo al menos durante una semana o más, y comprueba cuánto duras. Hay muchas razones por las que deberías probarlo, además de que es algo nuevo. Sigue leyendo.
Amplía las cosas
Será un buen cambio para ambos, de vuestras propias rutinas. Tendréis que barajar vuestro día quizás, mover algunas cosas de vuestra agenda para encajar lo nuevo, y quizás os parezca irritante al principio, pero os llevará a un tipo de satisfacción diferente una vez que seáis capaces de conseguirlo.
Crea una competencia sana
Ambos debéis establecer algunas reglas básicas antes de decidiros a probarlo. Una de ellas debe ser que no debe crear situaciones en las que se cruce la línea para empujar al otro a igualar sus estándares. De hecho, debería generar una competencia sana y animada: ¿a quién le ofreció el «sabziwala» amistoso del barrio un mayor descuento (o regalos)?
Genera empatía
Es un ejercicio que definitivamente les permitirá caminar una milla en los zapatos del otro, y debería hacerles apreciar el tiempo y la energía gastados en hacer cosas que ambos quizás daban por sentado. Os hará daros cuenta de que lo que hace la otra persona es tan duro o requiere tanto tiempo como lo que hacéis vosotros. La próxima vez que pienses o digas algo al respecto, te lo pensarás dos veces.
Fortalece los vínculos afectivos
Con todo lo nuevo, si te apetece pedir un poco de ayuda a tu pareja para realizar una tarea, ¡adelante! Si se hace el remolón, deja que se ría y crea un vínculo afectivo con él. Funciona en ambos sentidos. Básicamente, entender el punto de vista de la otra persona es esencial, y con esa nueva comprensión, podréis establecer un mejor vínculo.
Ayuda a redefinir los roles
Una vez que ambos hayáis probado lo que hace el otro, quizás podáis echar otro vistazo a lo que cada uno solía hacer, y a lo que sois capaces de hacer ahora. A partir de ahí, podéis sentaros una tarde y reorganizar vuestro horario de tareas y recados en función de lo que más convenga a cada uno.