Todos necesitamos diferentes cantidades de nutrientes y calorías, y lo mismo ocurre con el agua. Aquí tienes algunos factores que debes tener en cuenta si te preguntas cuánta agua deberías beber a diario.
Tu edad
No hay duda de que un niño no debería necesitar la misma cantidad de agua que un adulto. El Instituto de Medicina (IOM) recomienda que los hombres mayores de 19 años beban unas 101 onzas (unos 13 vasos) de agua al día y que las mujeres beban unas 74 onzas (unos 9 vasos).
En realidad, el rango es enorme, y algunas personas pueden necesitar más agua que otras, según la sed y la función renal.
La cantidad es mucho menor para un humano pequeño. Un niño de 4 a 8 años debe beber unos 5 vasos (40 onzas) de agua al día. Para los niños de 9 a 13 años, la cantidad aumenta a 7 u 8 vasos (56 a 64 onzas). Y entre los 14 y los 18 años, la ingesta de agua debe oscilar entre 8 y 11 vasos (de 64 a 88 onzas) al día.
Si estás embarazada o en período de lactancia
El agua es superimportante para el funcionamiento diario del cuerpo, por lo que es especialmente necesaria cuando estás criando un bebé. Durante el embarazo, el agua es esencial para la formación del líquido amniótico y la producción de sangre adicional.
Las mujeres embarazadas deben esforzarse por ingerir unos 10 vasos (80 onzas) de agua cada día.
¡Mantén esa hidratación también después del bebé! La leche materna contiene grandes cantidades de agua, que mantiene al bebé hidratado. Si le falta agua durante la lactancia, esto puede afectar a su producción de leche. El IOM recomienda beber unos 13 vasos (104 onzas) de agua al día durante la lactancia.
Donde vives
El tiempo caluroso y soleado viene con algo más que un bronceado – ¡también implica sudar! El sudor es la forma en que tu cuerpo regula la temperatura y te mantiene fresco. Mantenerse hidratado es especialmente importante si está activo en este tipo de clima.
Si vive o está visitando las montañas o un lugar de gran altitud, también va a necesitar más agua. Cuanto más alto esté, menos oxígeno habrá. Esto hace que su cuerpo trabaje más duro para mantener los niveles de oxígeno, lo que le hace respirar más fuerte y utilizar más agua.
Si no está bebiendo lo suficiente, su cuerpo puede bajar de 2 a 3 litros de líquido en los primeros días en las alturas.
Si hace ejercicio (especialmente en ambientes calurosos)
¿Siente que suda lo suficiente como para llenar una piscina durante un entrenamiento intenso? O notas que te sientes más ligero después de algún HIIT? Bueno, eso es en realidad la pérdida de agua. Las sesiones largas de ejercicio en ambientes calurosos pueden hacer que se pierda más de un litro de líquido corporal cada hora.
El Colegio Americano de Medicina Deportiva recomienda hidratarse antes de la actividad física para permitir que el cuerpo absorba ese líquido y evitar que se pierda más del 2 por ciento del peso corporal por la pérdida de agua. Para ello, beba de 16 a 20 onzas de líquido 4 horas antes de hacer ejercicio.
Durante el ejercicio, concéntrese en lo que le dice su sed. Si se trata de un entrenamiento muy largo, considere la posibilidad de elegir una bebida que tenga entre un 6 y un 8 por ciento de carbohidratos.
Una vez completado el ejercicio, asegúrese de beber otras 16 a 24 onzas por cada libra de peso de agua que haya perdido.
Si está enfermo
Sentirse enfermo puede implicar la pérdida de apetito o que las cosas suban (o salgan 💩). Todos hemos oído la recomendación de «tomar muchos líquidos», y no está equivocada
La Academia de Nutrición y Dietética dice que normalmente se obtiene alrededor del 20 por ciento del agua que se necesita de los alimentos. Si no está comiendo y está perdiendo líquidos corporales, su nivel de hidratación puede bajar rápidamente. Es especialmente importante mantenerse hidratado si tiene fiebre.
No hay una cantidad específica que deba beber cuando esté enfermo; simplemente concéntrese en tomar suficientes líquidos sin excederse. Intente beber la cantidad recomendada en función de su edad, de forma lenta y constante.