Nuestra paciente acudió a una cita urgente, durante la cual hablamos de lo mucho que ha cambiado la visita al dentista. Reflexionó sobre las similitudes con hace 80 años, cuando (con 14 años) empezó a trabajar como enfermera dental. Sin formación ni tutoría, trabajó en el consultorio a tiempo completo desde el primer día. En aquella época anterior al SNS, los pacientes evitaban el trabajo dental hasta que era absolutamente necesario, el tratamiento se limitaba generalmente a las extracciones y la anestesia era generalmente una sedación inhalada. Muchos pacientes se quedaban sin dientes y, cuando se creó el NHS (gratuito en el punto de uso) en 1948,1 ella recordaba una afluencia masiva de pacientes que buscaban prótesis para reemplazar sus dientes perdidos. La demanda era tan elevada que, según recuerda, el equipo de dentistas (y el técnico de laboratorio que trabajaba en un cobertizo al fondo del jardín) «no daban abasto». Sacudiendo la cabeza y con una mirada distante, lo repitió varias veces: estaba claro que le había impactado mucho. Y me hizo preguntarme si es así como nos sentiremos en los próximos meses mientras jugamos a «ponernos al día» con los pacientes una vez que las cosas vuelvan a la normalidad. ¿Y en cuanto a los servicios dentales del NHS en general? En 1952, se introdujeron tarifas dentales porque la provisión de dentaduras postizas estuvo a punto de llevar a la quiebra al recién creado NHS.2 ¿Cuáles son los paralelos para el futuro de la odontología del NHS?