El açaí na tigela («açaí en el cuenco») es una especialidad brasileña de Pará y Amazonas, donde la población de ribeirinhos lo prepara regularmente. Recogen las bayas a mano y hacen diferentes preparaciones tradicionales incorporando su sabor «terroso» y «cremoso» a los platos tradicionales. En el norte de Brasil, las perlas de tapioca se utilizan ahora como aderezo, pero la receta original no era dulce, sino salada y consistía en gambas, pescado frito o farofa. También es popular encontrar variaciones con pescado y yuca en el norte, mientras que en el sur de Brasil, el plato se prepara dulce con granola y otras frutas también. El açai na tagela empezó a aparecer comercialmente en Río de Janeiro, Brasil, en los años 70 por influencia de Carlos Gracie. En la actualidad, se encuentra principalmente en Pará, Río de Janeiro, Florianópolis, São Paulo, Goiás y a lo largo del litoral nordeste, donde se vende en los quioscos que bordean el paseo marítimo y en los bares de zumos de las ciudades. No fue hasta la década de 1990 cuando su atractivo para la comunidad de deportistas fue lo suficientemente grande como para permitir que una gestión externa entrara en el Amazonas y facilitara el proceso de extracción.
Los cuencos de asaí se importaron por primera vez a Estados Unidos en la década de 2000, cuando Ryan y Jeremy Black, dos hermanos, junto con su amigo Edmund Nichols, crearon la empresa Sambazon tras probar el producto en Brasil y decidir que querían llevarlo a América. Aquí, los surfistas de Hawai y el sur de California los incluyeron inmediatamente en sus dietas después de que las importaciones estuvieran disponibles y el producto creciera en popularidad. El mayor reto que plantea históricamente y en la actualidad la importación de açaí a EE.UU. es que, para comer las bayas, hay que remojarlas en agua y luego quitarles la pulpa. Esta pulpa sólo puede consumirse durante un máximo de 24 horas, por lo que el mercado del açaí en Estados Unidos ha capitalizado la congelación como método de importación. Para congelar la pulpa de las bayas, hay que llevarlas a una fábrica cercana después de la cosecha. Durante este proceso, tanto las empresas como las comunidades nativas se benefician de la cosecha, con nuevas oportunidades de trabajo ya sea cosechando en la naturaleza o en «parcelas de selva mínimamente gestionadas».
Para el futuro, se ha predicho en el informe del mercado de bayas de Açaí que habrá un crecimiento significativo entre 2020-2027. Una de las principales razones de este crecimiento es que las bayas de açaí están empezando a ser utilizadas por la industria cosmética orgánica, ya que promueven la elasticidad en la piel, así como las vitaminas A, C y E para la regeneración. En 2016, el mercado mundial de açaí estaba valorado en 696 millones de dólares, pero se espera que ascienda a 2.285,7 millones de dólares en 2026. El consumo mundial de bayas de açaí seguirá aumentando, pero su expansión no se producirá necesariamente por la reforma del plato de açaí na tigela, sino por el uso de este superalimento para capitalizar sus beneficios para la salud en otros campos, como la cosmética, las bebidas proteicas y otras bebidas.