El crecimiento es un proceso de suma importancia para el ser humano, pues transforma el cuerpo por completo hasta llegar a un punto fijo que se mantendrá durante gran parte de nuestra vida. La pubertad es quizás el periodo más significativo y prolongado de todos. Ese momento en el que los niños y las niñas experimentan multitud de cambios en su anatomía, la mayoría de ellos confusos e incómodos. Un desarrollo físico que puede extenderse de dos a cinco años.
No obstante, no todos atraviesan esta época al mismo tiempo, cada individuo crece a un ritmo diferente, influido por diversos factores como la edad, el sexo o la genética. Por ejemplo, las niñas comienzan y terminan la pubertad mucho antes que los chicos, y alcanzan la altura adulta a los 14 o 15 años. ¿Qué otros elementos influyen en el crecimiento de los más pequeños?
¿Hasta que edad crecen los niños durante la pubertad?
Como ya sabemos, la pubertad es la transición de la infancia a la edad adulta. Las niñas se adentran en ella a partir de los 10 años, hasta llegar a los 16. Durante este período, experimentan una aceleración en su crecimiento, estimulando las hormonas e introduciéndose en la menstruación. En el momento en el que este trance comienza, las niñas alcanzan su altura final en un máximo de dos años.
En el caso de los chicos, apuran la última etapa de crecimiento entre los 8 y los 14 años. Sin embargo, en términos generales, la mayoría de niños dejan de crecer a los 16 años, desarrollándose por completo a los 18. Esta fase suele avanzar a marchas forzadas durante los dos primeros años después del inicio de la pubertad.
Factores que influyen en el crecimiento
Cada individuo se enfrentará a dichos cambios de manera distinta, aunque son muchos los factores que influyen en su correcto desarrollo:
- Nutrición: Los niños que no se alimentan correctamente son más bajos y menudos que el resto. Una nutrición adecuada permitirá a los niños alcanzar su estatura adulta sin mayor obstáculo.
- Genética: Los genes del pequeño juegan un papel fundamental en el crecimiento. Al igual que el diagnóstico de ciertas enfermedades como el síndrome de Noonan, el síndrome de Down o el síndrome de Marfan.
- Desequilibrios hormonales: Un nivel bajo de tiroides puede conducir a una tasa de crecimiento más lenta y una altura adulta reducida.
- El consumo de fármacos: Los medicamentos destinados a enfermedades crónicas, como el asma, también pueden afectar a la altura de los niños.