Una mujer de 20 años acudió al servicio de urgencias quejándose de dolor en el lado derecho del cuello tres días después de la extracción de una muela del juicio bajo anestesia general. La exploración física fue consistente con un esguince de cuello musculoesquelético resultante de la postura durante la extracción y la paciente fue dada de alta con un collarín cervical blando, analgesia no esteroidea y derivada a fisioterapia. Volvió tres días más tarde (seis días después del procedimiento original) quejándose de un aumento del dolor en el lado derecho del cuello y una sensación de adormecimiento en el brazo derecho. En la exploración no se encontró ningún déficit neurológico, pero se encontró muy sensible sobre la apófisis espinosa C5 y se encontró una marcada sensibilidad en el lado derecho del cuello. Una radiografía fue normal y se prescribió más analgesia.
La paciente fue remitida al equipo ortopédico de guardia por el médico de cabecera tres días más tarde (nueve días después de la presentación original) con un fuerte dolor de cuello y habiendo desarrollado una paresia en su brazo y pierna derecha. Más tarde, ese mismo día, desarrolló una parálisis en el lado derecho, además de una paresia en el lado izquierdo. La paciente fue enviada a una tomografía computarizada y posteriormente a una resonancia magnética (RM), que reveló un absceso epidural en el lado derecho de las vértebras C4/C5 con una señal anormal dentro de la médula a este nivel. También se comprobó que se comunicaba con una gran colección prevertebral (véase la figura 1). Se le administraron urgentemente antibióticos por vía intravenosa y se le remitió al equipo de neurocirugía de guardia para el drenaje del absceso y la descompresión de la médula. Se produjo una recuperación total del brazo y la pierna izquierdos. Sin embargo, la parálisis persistió en el brazo y la pierna derechos.
Este caso es sólo el segundo episodio registrado de un absceso epidural resultante de una extracción dental.1 El diagnóstico de un absceso epidural se realizó mediante resonancia magnética, que actualmente se considera el estándar de oro.2 El absceso está causado principalmente por la propagación local y hematógena. Los hemocultivos mostraron la presencia de Streptococcus milleri, que es un comensal bucal conocido y una causa poco común de absceso epidural. El cultivo del absceso tras la descompresión quirúrgica reveló la presencia de Corynebacterias, que no son específicas de una causa oral. La dificultad del diagnóstico diferencial de la tortícolis aguda se ha eludido anteriormente3 y la importancia vital de un diagnóstico precoz que conduzca a un tratamiento temprano está bien documentada.4 También ejemplifica un trastorno subyacente grave con una causa aparentemente inocua.
RMN que revela un absceso alrededor de la 4ª y 5ª vértebras cervicales.
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