La acalasia es un trastorno relativamente raro del esófago que dificulta el paso de alimentos y líquidos al estómago.
El esófago es el tubo hueco y muscular que transporta los alimentos y los líquidos desde la garganta hasta el estómago. La pared del esófago está formada por varias capas de tejido, como la membrana mucosa, el músculo y el tejido conectivo.
El estómago es un órgano en forma de J situado en la parte superior del abdomen. Forma parte del sistema digestivo, que procesa los nutrientes (vitaminas, minerales, hidratos de carbono, grasas, proteínas y agua) de los alimentos que se ingieren y ayuda a expulsar el material de desecho del organismo.
Los alimentos pasan de la garganta al estómago a través de un tubo muscular hueco llamado esófago. Después de salir del estómago, los alimentos parcialmente digeridos pasan al intestino delgado y luego al intestino grueso.
La acalasia está causada por una función anormal de los nervios que controlan los músculos del esófago y la válvula o esfínter entre el esófago y el estómago. En la acalasia los síntomas suelen desarrollarse lentamente a lo largo del tiempo, por lo que muchos pacientes suelen esperar años antes de buscar tratamiento médico.
Diagnóstico
Debido a que otras afecciones pueden imitar a la acalasia, un diagnóstico preciso es fundamental. Se utilizan tres pruebas para diagnosticar la afección
Ingestión de bario
Una serie de radiografías del esófago y el estómago. El paciente bebe un líquido que contiene bario (un compuesto metálico de color blanco plateado). El líquido recubre el esófago y el estómago, y se toman radiografías. Este procedimiento también se denomina serie gastrointestinal superior.
En las personas que tienen acalasia, las radiografías revelan un esófago dilatado (agrandado) y un estrechamiento del extremo inferior que se asemeja al pico de un pájaro. Con la acalasia, el bario también permanece en el esófago más tiempo de lo normal antes de pasar al estómago.
Esofagoscopia
Procedimiento para observar el interior del esófago con el fin de comprobar para descartar el cáncer de esófago, que también puede obstruir el paso de los alimentos y dilatar el esófago.
Se introduce un esofagoscopio a través de la boca o la nariz y por la garganta hasta el esófago. Un esofagoscopio es un instrumento delgado en forma de tubo con una luz y una lente para ver. También puede tener una herramienta para extraer muestras de tejido, que se examinan con un microscopio para detectar signos de cáncer.
Manometría esofágica
Se introduce un tubo fino en el esófago. El tubo está conectado a un registrador de presión, que mide las contracciones musculares del esófago cuando ese paciente traga. En los pacientes con acalasia, no aparecen ondas de presión en la mitad inferior del esófago después de una deglución.La manometría puede diagnosticar a menudo la acalasia en sus primeras fases.
Tratamiento no quirúrgico
Toxina botulínica
El bótox se inyecta directamente en el esfínter esofágico mediante un endoscopio. Este tratamiento suele reservarse para los pacientes que corren poco riesgo de someterse a una intervención quirúrgica, ya que las inyecciones, que debilitan el músculo del esfínter y permiten que los alimentos pasen al estómago, deben repetirse cada dos meses y dificultan la intervención quirúrgica posterior.
Dilatación con globo
Se introduce un globo en el esfínter esofágico mediante un endoscopio y se infla para ampliar su abertura. Este procedimiento ambulatorio tiene una tasa de éxito del 50-75%. Es necesario repetir el tratamiento si el esfínter esofágico se contrae y existe un riesgo muy pequeño (2-6 %) de perforar el esófago durante el procedimiento.
Tratamiento quirúrgico
La cirugía para tratar la acalasia, denominada esofagomiotomía, consiste en cortar el músculo del esfínter esofágico. La tasa de éxito de la operación es muy alta y suele ser permanente. Un pequeño número de pacientes puede necesitar tratamiento adicional.
Miotomía de Heller
En la UCSF, la cirugía suele realizarse como un procedimiento laparoscópico (mínimamente invasivo) denominado miotomía de Heller. Se realizan varias incisiones diminutas y se introduce un pequeño endoscopio, a través del cual se pasan instrumentos quirúrgicos en miniatura. El endoscopio está conectado a una cámara de vídeo que envía una imagen ampliada a un monitor, lo que permite al cirujano visualizar la anatomía y manipular los instrumentos.
Las ventajas de la miotomía de Heller son:
- Menos dolor postoperatorio
- Una estancia hospitalaria de 1 a 2 días frente a una semana con una intervención convencional. Una estancia hospitalaria de 1-2 días frente a una semana con un procedimiento abierto convencional
- Una recuperación más rápida de la cirugía
- Una vuelta más rápida al trabajo y a las actividades normales
Fundoplicación de Nissen
Muchos pacientes desarrollan la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) después de una miotomía de Heller. Para evitar esta afección, en la que el contenido del estómago refluye hacia el esófago, también se puede realizar una fundoplicación de Nissen junto con la miotomía de Heller.
Este procedimiento, que también se realiza por laparoscopia, consiste en envolver la parte superior del estómago alrededor del esfínter esofágico inferior para reforzarlo.