La sobreexpresión de transgenes ha impulsado muchos descubrimientos importantes de la biología vegetal en los últimos 40 años, así como el desarrollo de variedades de cultivos transgénicos de importancia económica. El promotor 35S del virus del mosaico de la coliflor (CaMV) ha sido fundamental para impulsar la expresión constitutiva de estos transgenes, lo que ha ayudado a dilucidar la función de muchos genes vegetales y a aumentar la comprensión de los procesos vegetales. El promotor CaMV 35S es posiblemente el componente regulador más estudiado y utilizado experimentalmente con actividad en las células vegetales, con abundante información disponible sobre sus dominios funcionales individuales y su contribución a la actividad del promotor. Además de su uso para la expresión constitutiva de genes, la arquitectura modular ha permitido que el promotor CaMV 35S sirva como columna vertebral para desarrollar una variedad de sistemas de control de la transcripción para la expresión génica inducible o reprimible en plantas. A medida que la investigación vegetal se embarca en la era de la biología sintética, se desarrollarán rasgos vegetales novedosos y más complejos que requerirán circuitos multigénicos y una comprensión cuantitativa de la función de cada parte genética individual, de modo que podamos predecir mejor sus interacciones in vivo. Las partes reguladoras genéticas (por ejemplo, promotores y terminadores) están cada vez más estandarizadas en cuanto a la composición y longitud de su secuencia de nucleótidos, y cada vez se utilizan más parámetros cuantitativos combinados con modelos matemáticos para describir y predecir el comportamiento de los sistemas biológicos. En este contexto, es apropiado para los biólogos sintéticos de plantas establecer el promotor CaMV 35S como un estándar de referencia cuantitativo para la actividad de transcripción en plantas – todos los demás promotores tendrían su actividad expresada en relación con CaMV 35S. Esto proporcionará un punto de referencia para los enfoques de la biología sintética en las plantas y potenciará la biología vegetal y la biotecnología para los próximos 40 años y más allá.