La disfunción menstrual es una de las razones más comunes por las que las mujeres buscan atención médica. Puede causar importantes consecuencias sociales y médicas si no se trata.
El ciclo menstrual de manual se produce cada 28 días, pero un ciclo normal puede ocurrir con una frecuencia de 21 días o con una duración de 35 días. El flujo menstrual dura entre cuatro y seis días y es de moderado a suave. Las mujeres menores de 20 años y mayores de 40 son más propensas a tener ciclos irregulares. Los ciclos más predecibles se producen durante los años reproductivos óptimos, entre los 20 y los 30 años.
La menstruación anormal puede producirse de varias maneras. El sangrado puede ser más abundante (menorragia) o más ligero (oligomenorrea) de lo normal. Puede ocurrir con demasiada frecuencia (polimenorrea) o con poca frecuencia (oligomenorrea). El sangrado puede producirse de forma aleatoria y sin un intervalo determinado (disfunción). El ciclo menstrual puede ser incómodo (dismenorrea), lo que conlleva consecuencias sociales como faltar al trabajo o a la escuela.
El paso inicial para controlar los síntomas de la función menstrual irregular es ser vista y evaluada por un médico. Éste buscará evidencias de condiciones médicas que puedan causar una disfunción menstrual. La diabetes mellitus, las enfermedades tiroideas, las enfermedades renales y los problemas de coagulación de la sangre pueden interferir en el ciclo menstrual. Además, puede recomendarse un examen ginecológico con una citología y una posible biopsia endometrial. La ecografía del útero y los ovarios también puede ayudar a proporcionar información sobre la causa de la hemorragia.
Algunas causas de hemorragia anormal pueden estar relacionadas con la anatomía del útero. Los fibromas (leiomiomas) son crecimientos benignos en el útero que pueden cambiar la forma del útero e interferir con el revestimiento normal del mismo. Los pólipos endometriales son crecimientos que se originan en el revestimiento del útero. Pueden ser benignos o precancerosos.
Las infecciones pueden causar problemas menstruales temporales. La endometritis, o infección del revestimiento uterino, no es una infección de transmisión sexual. Puede tratarse con antibióticos. Otras infecciones, como el herpes, la gonorrea, la clamidia y las tricomonas, pueden detectarse y tratarse.
El cáncer uterino y los cambios precancerosos pueden detectarse tomando muestras del revestimiento uterino. Es más probable encontrar estos cambios en mujeres cercanas a la menopausia o en mujeres que no están ovulando y que no utilizan medicamentos hormonales. Será necesario discutir el tratamiento.
Si no existen otras razones para las anomalías menstruales, el ciclo natural puede modificarse con medicamentos como la progesterona o la progesterona combinada con estrógenos.
El uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos también puede disminuir la cantidad de sangrado y los calambres en cada ciclo. Aparte de las hormonas, existen pocas opciones médicas para modificar el ciclo menstrual.
Si se ha completado la maternidad, algunas mujeres serán candidatas a tratamientos quirúrgicos como la ablación endometrial o la histerectomía. Estos procedimientos son cirugías mínimamente invasivas que suelen realizarse de forma ambulatoria con una baja laboral mínima. Hable de estas opciones con su médico para ver si es una candidata.
El sangrado uterino anormal puede ser una molestia social. También puede ser un problema médico que provoque anemia y otros problemas de salud. De vez en cuando, puede ser señal de un problema más importante. Si has notado un cambio en tu ciclo menstrual o tienes problemas con él, consulta a tu proveedor de atención médica para determinar tus opciones.
Este artículo está escrito por el Dr. Thomas Howell Jr., ginecólogo-obstetra del Sistema de Salud de Mayo Clinic.