Tener una vida es una experiencia increíble para una mujer, y muchas están ansiosas por ver más de su futuro hijo a través de las ecografías. Como la tecnología se ha desarrollado y mejorado mucho a lo largo de los años, las ecografías pueden proporcionar ahora más información que nunca. Aunque las ecografías posteriores son mucho más detalladas, incluso las más tempranas pueden ofrecer a los técnicos, los médicos y los futuros padres detalles sobre el crecimiento y la salud de su bebé.
5 Semanas
5 semanas es el punto más temprano en el que se puede realizar una ecografía del embarazo. Esta ecografía suele ser una ecografía transvaginal, ya que una ecografía abdominal no revelará todavía muchos signos del desarrollo del embarazo. Aproximadamente a las 5 semanas, se puede ver el saco gestacional mediante una ecografía transvaginal. Esta es la estructura en la que crecerá el embrión y, por lo general, puede verse antes de que el propio embrión sea visible.
6-7 semanas
Alrededor de las 6 ó 7 semanas, una ecografía abdominal mostrará el saco gestacional. Una ecografía transvaginal realizada en este momento probablemente mostrará imágenes de un embrión en desarrollo. En este momento, el ecografista puede ver la ubicación del embrión en el útero y si se encuentra en un lugar adecuado y saludable. Estas exploraciones pueden ayudar a determinar si hay signos de un embarazo ectópico. La ecografía transvaginal a las 6-7 semanas también puede mostrar signos del latido del corazón del feto. En este momento es probable que sepas si tienes un embarazo gemelar.
8 Semanas
Es alrededor de la 8ª semana de embarazo que las fotos de la ecografía comenzarán a tener mayor detalle. El latido del corazón es claramente accesible, así como los brotes de los brazos y las piernas del feto en crecimiento.
Una ecografía del primer trimestre del embarazo (12 semanas)
Aunque las exploraciones más tempranas son posibles (y suelen realizarse mediante ecografía transvaginal), la ecografía más típica del primer trimestre se recomienda alrededor de las 10-14 semanas de gestación. Generalmente se realiza mediante ecografía abdominal y debería proporcionar imágenes del bebé que resulten más «familiares» a los futuros padres. Se trata de un acontecimiento emocionante, ya que los padres por fin pueden ver a su bebé por primera vez.
Esta ecografía muestra más detalles y permite al técnico evaluar el tamaño y el crecimiento del bebé. En este momento, se puede dar una fecha de parto más precisa. El técnico medirá el tamaño del feto desde la cabeza hasta la base, lo que se denomina longitud de la grupa de la corona. Esta medida ayuda a determinar la velocidad de crecimiento del bebé y es importante para determinar la fecha de parto. Durante esta ecografía del embarazo, se puede ver claramente el movimiento del bebé, así como los brazos y las piernas desarrollados de forma reconocible. Aunque la ecografía puede detectar el movimiento del bebé, la madre aún no podrá sentirlo dentro de ella.
12 semanas es aproximadamente el momento en el que se pueden realizar pruebas de detección bastante precisas del síndrome de Down. Se puede evaluar mediante una prueba llamada translucencia nucal, que mide la cantidad de líquido en la base del cuello del feto. Las personas con probabilidad de padecer el síndrome de Down suelen tener más líquido en esta región. Sin embargo, esto no siempre es indicativo de la presencia del síndrome de Down, y se necesitan más pruebas para confirmarlo.