A menudo se utilizan indistintamente, puede ser difícil diferenciar entre un desgarro o una rotura de un tendón, músculo o ligamento. Sin embargo, es importante entender que no son lo mismo, sino que se sitúan en un continuo el uno del otro.
Los desgarros o roturas de tendones, músculos o ligamentos pueden afectar prácticamente a cualquier parte del cuerpo, pero las lesiones más comunes son los desgarros del ligamento cruzado anterior (LCA) y los desgarros de menisco debido a la fuerza que a menudo se ejerce sobre nuestras articulaciones de la rodilla.
Los impactos repentinos, las paradas o arranques rápidos y los movimientos bruscos sobre una articulación son los culpables más comunes de una rotura o un desgarro.
Con la ayuda del diagnóstico por imagen, los profesionales sanitarios diagnostican estas lesiones según un sistema de clasificación, independientemente de si es un músculo, un tendón o un ligamento el que se ha visto afectado. La escala de graduación puede clasificarse en función de lo siguiente:
Grado I
Desgarro menor con cizallamiento mínimo o nulo de las fibras. A menudo se considera un «estiramiento» y regularmente tiene un período de recuperación de 4 a 6 semanas dependiendo de la localización. Con un fortalecimiento adecuado, hay pocas complicaciones tras el regreso de la lesión.
Grado II
Desgarro moderado asociado a desplazamiento y separación de fibras. Se trata de una lesión mucho más grave y se asocia a una recuperación que puede durar meses dependiendo de la extensión. Este grado puede requerir una intervención quirúrgica en función de la localización y de la cantidad de tejido circundante disponible o no para ser reforzado para soportarlo.
Grado III
Se trata de un desgarro completo conocido como rotura que suele verse como una lesión muy traumática y que casi siempre requiere una intervención quirúrgica para recuperar la función adecuada, independientemente de dónde se encuentre y de qué tipo de tejido. La recuperación puede llevar muchos meses aunque no se opte por la cirugía.
Cualquier tipo de desgarro puede causar problemas a los pacientes, pero una ruptura completa es mucho más difícil de recuperar a largo plazo, ya que hay que reparar una gran cantidad de tejido. Las roturas se asocian a menudo con deformidades evidentes (como un tendón que se enrolla) y un chasquido audible, mientras que los desgarros son más sutiles y pueden asociarse sólo con dolor.