Las funciones neurotransmisoras del sistema motor visceral son de enorme importancia en la práctica clínica, y los fármacos que actúan sobre el sistema autónomo se encuentran entre los más importantes del arsenal clínico. Además, los transmisores autónomos han desempeñado un papel importante en la historia de los esfuerzos por comprender la función sináptica. En consecuencia, la neurotransmisión en el sistema motor visceral merece un comentario especial (véase también el capítulo 6).
La acetilcolina es el principal neurotransmisor de las neuronas preganglionares tanto simpáticas como parasimpáticas. Los receptores nicotínicos de las células ganglionares autónomas son canales iónicos activados por ligando que median en el llamado EPSP rápido (muy parecido a los receptores nicotínicos de la unión neuromuscular). Por el contrario, los receptores muscarínicos de acetilcolina de las células ganglionares son miembros de la familia de los receptores ligados a la proteína G de 7 transmembranas, y median respuestas sinápticas más lentas (véanse los capítulos 7 y 8). La acción principal de los receptores muscarínicos en las células ganglionares autónomas es cerrar los canales de K+, haciendo que las neuronas sean más excitables y generando un EPSP prolongado. Como resultado de estos dos tipos de receptores de acetilcolina, las sinapsis ganglionares median tanto una excitación rápida como una modulación más lenta de la actividad de las células ganglionares autónomas.
Los efectos postganglionares de las células ganglionares autónomas sobre su músculo liso, músculo cardíaco o blancos glandulares están mediados por dos neurotransmisores primarios: la norepinefrina (NE) y la acetilcolina (ACh). En su mayor parte, las células ganglionares simpáticas liberan norepinefrina sobre sus objetivos (una notable excepción es la inervación simpática colinérgica de las glándulas sudoríparas), mientras que las células ganglionares parasimpáticas suelen liberar acetilcolina. Como se espera de lo anterior, estos dos neurotransmisores suelen tener efectos opuestos en sus tejidos diana -contracción frente a relajación del músculo liso, por ejemplo.
Como se describe en los capítulos 6 a 8, los efectos específicos de la ACh o el NE están determinados por el tipo de receptor expresado en el tejido diana y las vías de señalización descendentes a las que están vinculados estos receptores. Las dianas simpáticas periféricas suelen tener dos subclases de receptores noradrenérgicos en sus membranas celulares, denominados receptores α y β. Al igual que los receptores de ACh, los receptores α y β y sus subtipos pertenecen a la clase de receptores de superficie celular acoplados a la proteína G de 7 transmembranas. La diferente distribución de estos receptores en las dianas simpáticas permite una variedad de efectos postsinápticos mediados por la norepinefrina liberada desde las terminaciones nerviosas simpáticas postganglionares (Tabla 21.2).
Tabla 21.2
Resumen de los tipos de receptores adrenérgicos y algunos de sus efectos en las dianas simpáticas.
Los efectos de la acetilcolina liberada por las células ganglionares parasimpáticas sobre los músculos lisos, el músculo cardíaco y las células glandulares también varían según los subtipos de receptores colinérgicos muscarínicos que se encuentran en la diana periférica (Tabla 21.3). Los dos subtipos principales se conocen como receptores M1 y M2, encontrándose los receptores M1 principalmente en el intestino y los M2 en el sistema cardiovascular (otra subclase de receptores muscarínicos, M3, se encuentra tanto en el músculo liso como en los tejidos glandulares). Los receptores muscarínicos están acoplados a una serie de mecanismos de transducción de señales intracelulares que modifican las conductancias de los canales de K+ y Ca2+. También pueden activar la óxido nítrico sintasa, que promueve la liberación local de NO en algunos tejidos diana parasimpáticos (véase, por ejemplo, la sección sobre el control autónomo de la función sexual).
Tabla 21.3
Resumen de los tipos de receptores colinérgicos y algunos de sus efectos en las dianas parasimpáticas.
En contraste con las respuestas relativamente restringidas generadas por la norepinefrina y la acetilcolina liberadas por las células ganglionares simpáticas y parasimpáticas, respectivamente, las neuronas del sistema nervioso entérico logran una enorme diversidad de efectos objetivo en virtud de muchos neurotransmisores diferentes, la mayoría de los cuales son neuropéptidos asociados con grupos celulares específicos en los plexos mientérico o submucoso mencionados anteriormente. Los detalles de estos agentes y sus acciones están más allá del alcance de este relato introductorio.