Burr (1973) presenta al antihéroe epónimo como un caballero fascinante y honorable, y retrata a sus oponentes contemporáneos como hombres mortales; así, George Washington es un militar incompetente, un general que perdió la mayoría de sus batallas; Thomas Jefferson es un hipócrita feísta, especialmente oscuro y pedante, que maquinó y sobornó a testigos en apoyo de una falsa acusación de traición contra Burr, ante quien estuvo a punto de perder la presidencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 1800; y Alexander Hamilton es un oportunista bastardo y excesivamente ambicioso, cuyo ascenso en la alta política fue de la mano del general Washington, hasta ser herido mortalmente en el duelo Burr-Hamilton (11 de julio de 1804).
Las enemistades se establecieron, cuando, a pesar de la victoria inicial de Burr en la votación, la elección presidencial de 1800 fue un empate en el Colegio Electoral, entre él y Thomas Jefferson. Para romper el empate electoral, la Cámara de Representantes -dominada por Alexander Hamilton- votó treinta y seis veces, hasta que eligió a Jefferson como Presidente de los Estados Unidos y, por defecto de procedimiento, nombró a Burr como Vicepresidente de los Estados Unidos.
La historia contemporánea de la intriga política ocurre de 1833 a 1840, en la época de la democracia jacksoniana, años después del juicio por traición. El narrador es Charles Schermerhorn Schuyler, un joven ambicioso que trabaja como pasante de abogado en el bufete de Aaron Burr, en la ciudad de Nueva York. Charlie Schuyler no procede de una familia con contactos políticos, y se muestra ambivalente respecto a la política y al ejercicio de la abogacía. Vacilante a la hora de presentarse al examen de admisión al colegio de abogados, Schuyler trabaja como reportero de un periódico, mientras sueña con convertirse en un escritor de éxito, para poder emigrar de Estados Unidos a Europa.
Para las intrigas de los conspiradores es importante la acusación de que el vicepresidente Martin Van Buren es el hijo bastardo de Aaron Burr; la veracidad o falsedad de esa acusación; y su utilidad en la política del alto gobierno. Debido a que Van Buren es un fuerte candidato para las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de 1836, sus enemigos políticos, especialmente un editor de periódicos, reclutan a Schuyler para que obtenga datos personalmente embarazosos sobre Van Buren del anciano Burr, un hombre septuagenario en 1834.
Tentado con la promesa de una fortuna en dinero, Schuyler piensa en escribir un panfleto que demuestre que el vicepresidente Van Buren es un hijo ilegítimo de Burr, y así acabar con la carrera política de Van Buren. Schuyler se debate entre honrar a Burr, a quien admira, y traicionarle para ganar mucho dinero, y así llevarse a la mujer que ama a un nuevo futuro en Europa. Al final de la historia, Charlie Schuyler ha aprendido más de lo que esperaba sobre Aaron Burr, sobre Martin Van Buren y sobre su propio carácter, como hombre en el mundo, como Charles Schuyler.
Al igual que en las novelas Messiah (1954), Julian (1964) y Creation (1981), el pueblo colonial, su época y los lugares de Burr (1973) se presentan a través de las memorias de un personaje del relato. A lo largo del relato, la narración presenta paralelismos temáticos con Las memorias de Aaron Burr (1837), coescrito con Matthew Livingston Davis. Muchos de los incidentes de la historia y la trama de Burr son históricos: Thomas Jefferson era un esclavista que tuvo hijos con algunas de sus esclavas; el general del ejército continental James Wilkinson era un agente doble del Reino de España; Alexander Hamilton era retado regularmente a duelo por casi todos los oponentes políticos que se sentían calumniados por él; y Aaron Burr fue juzgado y absuelto de traición a los Estados Unidos, como consecuencia del Complot de Burr (1807) por un imperio en los territorios del suroeste del país.
En el «Epílogo» de Burr, el novelista Vidal dijo que, en la mayoría de los casos, las acciones y palabras de los personajes históricos representados se basan en sus documentos personales y registros históricos. Por otra parte, además de desafiar la iconografía tradicionalista y mítica de los Padres Fundadores de los Estados Unidos, el aspecto más controvertido de la novela Burr es que Alexander Hamilton cotilleó que Burr y su hija, Theodosia, practicaban el incesto -lo que supuso un asesinato de carácter que les llevó a un duelo mortal-; matar a Hamilton acabó con la vida pública de Aaron Burr.