La disección aórtica rara vez se limita a la aorta abdominal. Por lo general, afecta a la aorta torácica y puede extenderse de forma anterógrada a la aorta abdominal. La disección aislada y espontánea de la aorta abdominal (no asociada a un traumatismo cerrado o a una disección de la aorta torácica descendente) representa menos del 2% de todas las disecciones aórticas. No hay grandes series de disección abdominal aórtica aguda aislada (DAAI) reportadas en la literatura, considerándose esta situación como excepcional. No existen síntomas ni signos típicos de la DAAI. El dolor abdominal es el síntoma más frecuente, aunque la disección puede ser indolora. Por lo general, la disección de la aorta abdominal se diagnostica espontáneamente en pacientes asintomáticos durante un examen de tomografía computarizada por otros motivos. Existen pocos datos sobre las estrategias de tratamiento de la AIAA. Debido al reducido número de pacientes, no existen directrices de tratamiento definitivo. En nuestra opinión, los pacientes asintomáticos con una aorta normal, así como los pacientes en los que el dolor inicial se resuelve y sin ninguna otra complicación, deben ser tratados médicamente, con medicación antihipertensiva y betabloqueantes. La presencia de complicaciones, como el dolor incesante a pesar del control de la presión arterial, los déficits de pulso, la isquemia de las extremidades, la isquemia o la infracción mesentérica, la insuficiencia renal aguda, deben tratarse quirúrgicamente. El objetivo del tratamiento quirúrgico de la disección aórtica es cerrar el sitio de entrada y descomprimir la falsa luz. El procedimiento estándar es la cirugía abierta. Consiste en sustituir el segmento afectado de la aorta por un injerto de dacrón. El enfoque endovascular es la alternativa moderna al procedimiento estándar.