El carcinoma que se produce en el cuello uterino expuesto de procidencia ofrece una oportunidad inusual para observar los efectos de la radioterapia en el cáncer de cuello uterino. Aunque el tratamiento de esta rara combinación ha sido principalmente quirúrgico, la radioterapia puede utilizarse ventajosamente junto con la cirugía, o para suplirla cuando el estado local o general de la paciente contraindica la operación.
Literatura
Señalan 78 casos de procidencia con carcinoma de cuello uterino en los trabajos y bibliografías relacionadas de Andrews (1, 2), Basden (3), Brady (4), Bulman (5), Guthrie y Bache (6), Percival (7), Scheffey (8), Strauss (9) y Todd (10). Un análisis preciso de estos casos es difícil porque en muchos de los protocolos publicados falta mucha información pertinente. Sin embargo, se pueden resumir algunos datos interesantes.
El carcinoma de cuello uterino está presente en aproximadamente el 0,14% de los casos de procidencia (Judd y Graves, citados por Strauss, y la discusión de Kimbrough del artículo de Scheffey). La variación de la edad en los casos notificados oscila entre los veinticinco y los ochenta y seis años. Aunque más del 50% de los pacientes se presentaron al examen médico después de los sesenta años, la procidencia se produjo antes de los cincuenta años en la mayoría de ellos. Los extremos de la duración fueron dos días y cuarenta años. El número de embarazos en un caso individual osciló entre ninguno y catorce. El grado de prolapso variaba desde la exposición parcial del cuello uterino hasta la exteriorización completa del útero; el tumor más grande que se presentó medía 9 pulgadas de diámetro. Microscópicamente, las muestras de biopsia revelaron un carcinoma epidermoide en todos los casos excepto en uno, que resultó ser un sarcoma.
Los procedimientos quirúrgicos -principalmente la histerectomía vaginal total, la extirpación y la amputación- eran la única forma de tratamiento antes de la llegada de la radioterapia. Cuarenta y siete de los casos se notificaron después del descubrimiento de los rayos roentgen y el radio, y 11 de ellos recibieron radioterapia sola o junto con la cirugía (Tabla I). Sin embargo, dado que los informes aparecieron poco después de la finalización del tratamiento, no se pueden obtener tasas precisas de supervivencia o «curación» para las diferentes formas de tratamiento. Sin embargo, parece aconsejable combinar la radioterapia con la cirugía siempre que sea posible, sabiendo que la «curación» del carcinoma y la disminución de la procidencia se han producido tras la irradiación sola en algunos casos. En vista del número relativamente pequeño de tales casos en la literatura, se presenta la siguiente historia. La paciente era una mujer de edad avanzada que respondió favorablemente a la radiación, que fue el único tratamiento administrado.
Informe de caso
E. O., una mujer blanca de 81 años, ingresó en el Servicio de Ginecología el 4 de noviembre de 1941.