Se puede realizar una evaluación para valorar la necesidad del paciente de una silla de ruedas. Esto puede incluir la fuerza del paciente, la situación de vida, el peso, la integridad de la piel, etc. Una vez establecidas las necesidades del paciente, se toman medidas antes de pedir el equipo.
Para la evaluación y la adaptación, se observan las capacidades del paciente, se practican las habilidades de maniobrabilidad y se proporcionan instrucciones para los ajustes de la silla de ruedas y el uso de la misma.
Por lo general, la(s) evaluación(es) y la adaptación pueden completarse en 1-2 sesiones. La necesidad médica debe respaldar sesiones adicionales.
El manejo de la silla de ruedas también entrena al paciente en actividades funcionales que promueven una seguridad, movilidad y transferencias óptimas. Los pacientes que están en silla de ruedas pueden necesitar ocasionalmente una aportación especializada en cuanto a la colocación para evitar puntos de presión, contracturas y otras complicaciones médicas.
Este procedimiento es médicamente necesario sólo cuando requiere las habilidades profesionales de un terapeuta, está diseñado para abordar las necesidades específicas del paciente, y puede ser parte de un plan de tratamiento activo dirigido a un objetivo específico.
El paciente debe tener la capacidad de aprender de las instrucciones.
Típicamente 3-4 sesiones totales deben ser suficientes para enseñar al paciente estas habilidades. La necesidad médica debe respaldar las sesiones adicionales.