Completo y conciso
Contenido del capítulo
La fe, el amor y la paciencia de los tesalonicenses, son muestras evidentes de su elección que se manifestó en el poder con el que el evangelio llegó a ellos. (1-5) Sus efectos poderosos y ejemplares en sus corazones y vidas. (6-10)
Comentario sobre 1 Tesalonicenses 1:1-5
(Leer 1 Tesalonicenses 1:1-5)
Como todo bien viene de Dios, así ningún bien pueden esperar los pecadores, sino de Dios en Cristo. Y el mejor bien puede esperarse de Dios, como nuestro Padre, por causa de Cristo. Debemos orar, no sólo por nosotros, sino también por los demás; acordándonos de ellos sin cesar. Dondequiera que haya una fe verdadera, ésta obrará; afectará tanto al corazón como a la vida. La fe actúa por medio del amor; se manifiesta en el amor a Dios, y en el amor al prójimo. Y dondequiera que haya una esperanza bien fundada de la vida eterna, esto aparecerá por el ejercicio de la paciencia; y es una señal de sinceridad, cuando en todo lo que hacemos, buscamos aprobarnos a Dios. Por esto podemos conocer nuestra elección, si no sólo hablamos de las cosas de Dios con nuestros labios, sino que sentimos su poder en nuestros corazones, mortificando nuestras lujurias, destetándonos del mundo y elevándonos a las cosas celestiales. Si el Espíritu de Dios no viene con la palabra de Dios, ésta será para nosotros letra muerta. Así se entretuvieron por el poder del Espíritu Santo. Estaban plenamente convencidos de la verdad de la misma, para no ser sacudidos en su mente por objeciones y dudas; y estaban dispuestos a dejar todo por Cristo, y a arriesgar sus almas y su condición eterna sobre la verdad de la revelación del evangelio.
Comentario sobre 1 Tesalonicenses 1:6-10
(Lea 1 Tesalonicenses 1:6-10)
Cuando las personas descuidadas, ignorantes e inmorales se apartan de sus actividades y conexiones carnales, para creer y obedecer al Señor Jesús, para vivir sobria, justa y piadosamente, el asunto habla por sí mismo. Los creyentes bajo el Antiguo Testamento esperaban la venida del Mesías, y los creyentes ahora esperan su segunda venida. Él aún está por venir. Y Dios lo resucitó de entre los muertos, lo cual es una garantía plena para todos los hombres de que vendrá a juzgar. Vino a comprar la salvación y, cuando vuelva, traerá consigo la salvación, la liberación plena y definitiva de esa ira que aún está por venir. Que todos, sin demora, huyan de la ira venidera, y busquen refugio en Cristo y su salvación.