La forma del cuerpo de una mujer, y no sólo su peso, puede influir en su salud. Las mujeres con un perímetro de cintura de 35 pulgadas (88 centímetros) o más se enfrentan a un mayor riesgo de sufrir problemas de salud relacionados con la obesidad, incluida la muerte prematura, según una nueva investigación extraída del estudio a largo plazo Women’s Health Initiative. Y esto es así aunque el peso o el índice de masa corporal (IMC) de la mujer esté dentro de los límites normales. Las mujeres posmenopáusicas con exceso de grasa en la parte media del cuerpo -lo que se conoce como obesidad central y a veces se denomina «forma de manzana»- tenían un 31% más de probabilidades de morir prematuramente, incluso de enfermedades cardiovasculares y cáncer relacionado con la obesidad, que las mujeres de peso normal que no tenían grasa extra en el vientre. Ese riesgo se consideraba comparable al de una persona considerada obesa según los estándares del IMC. Los resultados, publicados en la revista JAMA Network Open, se basan en datos de seguimiento de la salud de 156.624 mujeres posmenopáusicas durante más de dos décadas. No se ha comprobado si los resultados se aplican a las mujeres más jóvenes o a los hombres. Un comentario publicado junto con el estudio afirma que los resultados sirven como «un recordatorio de que la báscula no lo es todo» y que las personas con un IMC bajo no están automáticamente en forma ni corren poco riesgo. Más bien, el lugar del cuerpo donde se acumula la grasa puede influir en la salud.