Ciertas erratas, o tipos de erratas, han adquirido gran notoriedad y en ocasiones se utilizan deliberadamente con fines humorísticos. Por ejemplo, el periódico británico The Guardian se conoce a veces como The Grauniad debido a su reputación de cometer frecuentes errores tipográficos en la época anterior a la composición tipográfica por ordenador. Este uso comenzó como una broma en la revista satírica Private Eye. La revista sigue refiriéndose a The Guardian con este nombre hasta el día de hoy.
Los errores tipográficos son comunes en Internet en las salas de chat, Usenet y la World Wide Web, y algunos -como «teh», «pwned» y «zomg»- se han convertido en chistes entre los grupos y subculturas de Internet. P0rn no es un error tipográfico sino un ejemplo de ofuscación.
TyposquattingEdit
El typosquatting es una forma de ciberocupación que se basa en los errores tipográficos cometidos por los usuarios de Internet. Normalmente, el ciberocupante registrará una probable errata de una dirección de un sitio web de acceso frecuente con la esperanza de recibir tráfico cuando los internautas escriban mal esa dirección en un navegador web. Introducir deliberadamente erratas en una página web, o en sus metadatos, también puede atraer a visitantes involuntarios cuando introducen estas erratas en los motores de búsqueda de Internet.
Un ejemplo de esto es gogole.com
en lugar de google.com
que podría ser potencialmente perjudicial para el usuario.
Errores tipográficos en las subastas en líneaEditar
Desde la aparición y popularización de los sitios de subastas en línea como eBay, las búsquedas de subastas mal escritas se han convertido rápidamente en lucrativas para las personas que buscan ofertas. El concepto en el que se basan estas búsquedas es que, si una persona publica una subasta y escribe mal su descripción y/o título, las búsquedas normales no encontrarán esta subasta. Sin embargo, una búsqueda que incluya alteraciones del término de búsqueda original de tal forma que se creen errores ortográficos, transposiciones, omisiones, dobles tachaduras y errores de tecla, encontraría la mayoría de las subastas mal escritas. El efecto resultante es que hay muchas menos ofertas de las que habría en circunstancias normales, lo que permite al buscador obtener el artículo por menos. Han surgido una serie de sitios web de terceros que permiten encontrar estos artículos.