iii) Lesiones primarias
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Durante una lesión por aceleración/deceleración, el cerebro puede resultar dañado directamente por debajo del lugar donde se ha golpeado el cráneo (una contra lesión). El cerebro también puede rebotar dentro del cráneo por la fuerza del impacto o la aceleración/desaceleración.
Por ejemplo, si un coche choca contra un árbol, el coche se detiene de repente. El cerebro dentro del cráneo sigue teniendo impulso hacia delante y puede golpear la superficie interna del cráneo (que tiene bordes óseos) con cierta fuerza, lo que provoca hematomas, laceraciones y hemorragias. Además, los movimientos de torsión que suelen acompañar a estos accidentes hacen que los haces de fibras nerviosas puedan estirarse o ceder (lo que se denomina lesión axonal difusa). El término traumatismo craneoencefálico cerrado también se utiliza para describir este tipo de TBI, porque el daño al cerebro se produce como resultado de estos mecanismos internos, pero con el cráneo intacto.
Un golpe en la cabeza puede causar lesiones en el lado opuesto del cerebro al que se produjo el impacto, ya que el cerebro rebota hacia atrás (una lesión de contragolpe), lo que suele dañar los lóbulos frontal y occipital.
Las fibras nerviosas (axones) que conectan las diferentes áreas del cerebro también pueden estar sometidas a fuerzas de torsión y cizallamiento durante una aceleración/desaceleración. Esto da lugar a una lesión axonal difusa (DAI). Este tipo de lesión no puede verse en las primeras tomografías computarizadas, pero suele aparecer más tarde como zonas del cerebro que faltan (atrofia). La IAD es el mecanismo más importante de daño cerebral primario, y la causa principal de la pérdida inicial de conciencia
El cerebro sale del cráneo a través de un agujero en la base del cráneo y se convierte en la médula espinal. Durante un incidente de TBI, el cerebro puede empezar a hincharse por las lesiones, lo que hace que sea presionado hacia abajo en este agujero del cráneo. Esto puede dañar el tronco encefálico y es extremadamente peligroso para la vida, ya que el tronco encefálico controla las funciones vitales básicas (por ejemplo, la respiración).
Durante un traumatismo craneal penetrante, la lesión principal se produce en la zona del cerebro dañada por el objeto penetrante. El resto del cerebro no suele resultar dañado, a menos que sea por complicaciones de lesiones secundarias.