Elizabeth Ann Duncan nació alrededor de 1904. Fue descrita como una vagabunda, se dice que se casó 20 veces y que en un momento operó un burdel en San Francisco. Tuvo un hijo, Frank, y lo convirtió en el centro de su vida. En ocasiones, angustiada por su vida, Elizabeth Duncan intentó suicidarse. Durante su recuperación, fue atendida por una enfermera, Olga Kupzyck, que tenía 30 años. Frank, que entonces tenía 29 años y era abogado, se casó en secreto con Kupzyck. Elizabeth Duncan se interpuso entre ellos y les obligó a separarse. En 1958 Olga estaba embarazada de su primer hijo. En 1958, Olga Duncan desapareció; estaba embarazada de siete meses de su marido Frank. Su suegra, Elizabeth Duncan, fue la primera en levantar sospechas cuando la policía descubrió que había obtenido ilegalmente la anulación del matrimonio de su hijo Frank Duncan y su esposa Olga. Elizabeth Duncan y Ralph Winterstein, de 25 años, a quien ella contrató, consiguieron la separación haciéndose pasar por la joven pareja en el juzgado.
Casi un mes después, los investigadores encontraron el cadáver de la joven en el paso de Casitas de Carpintería, California, en el condado de Ventura. Augustine Baldonado, de 25 años, confesó que Elizabeth Duncan, la suegra de la víctima, les había ofrecido a él y a Luis Moya, de 22 años, 6.000 dólares por matarla. Dirigieron a la policía al lugar donde estaba el cuerpo. Según el forense y su confesión, los dos hombres secuestraron a la mujer, la agredieron sexualmente, la golpearon con una pistola, la estrangularon y enterraron su cuerpo en una fosa poco profunda. Es posible que aún estuviera viva cuando la enterraron. Elizabeth Duncan subió al estrado en su defensa, admitiendo haber hablado con los otros dos sospechosos pero diciendo que la estaban chantajeando. El jurado tardó 4 horas y 51 minutos en declararla culpable. Fue condenada a muerte en diciembre de 1958. Tras las apelaciones, que dieron la razón al tribunal inferior, fue ejecutada por la cámara de gas en 1962.