Antecedentes: El sarampión se declaró eliminado de Estados Unidos en 2000, pero sigue siendo endémico en todo el mundo. En 2005, una chica de 17 años no vacunada que estaba incubando el sarampión regresó de Rumanía, creando el mayor brote documentado de sarampión en Estados Unidos desde 1996.
Métodos: Se llevó a cabo una investigación de series de casos, tipificación molecular de aislados virales, encuestas sobre tasas de cobertura de vacunación, entrevistas relativas a las actitudes hacia la vacunación y encuestas de costes.
Resultados: Aproximadamente 500 personas asistieron a una reunión con la paciente índice un día después de su regreso a casa. Aproximadamente 50 carecían de pruebas de inmunidad al sarampión, de las cuales 16 (32%) adquirieron el sarampión en la reunión. Durante las seis semanas posteriores a la reunión, se confirmaron un total de 34 casos de sarampión. De los pacientes con sarampión confirmado, el 94% no estaba vacunado, el 88% tenía menos de 20 años y el 9% estaba hospitalizado. De los 28 pacientes que tenían entre 5 y 19 años de edad, el 71% eran educados en casa. La vacuna falló en dos personas. La cepa del virus era el genotipo D4, que es endémico en Rumanía. Aunque las medidas de contención se iniciaron cuando ya había 20 personas infectadas, el sarampión se limitó sobre todo a los niños cuyos padres se habían negado a vacunarlos, principalmente por la preocupación de los efectos adversos de la vacuna. El 71% de los pacientes procedían de cuatro hogares. Los niveles de cobertura de la vacunación contra el sarampión en Indiana eran del 92% para los niños de preescolar y del 98% para los de sexto grado. Los costes estimados para contener la enfermedad fueron de al menos 167.685 dólares, incluyendo 113.647 dólares en un hospital con un empleado infectado.
Conclusiones: Este brote fue causado por la importación de sarampión en una población de niños cuyos padres se habían negado a vacunarlos debido a la preocupación por la seguridad de la vacuna. Los altos niveles de vacunación en la comunidad circundante y las bajas tasas de fracaso vacunal evitaron una epidemia. El mantenimiento de altas tasas de cobertura de vacunación, incluyendo la mejora de las estrategias de comunicación con las personas que rechazan la vacunación, es necesario para prevenir futuros brotes y mantener la eliminación del sarampión en los Estados Unidos.