La acalasia esofágica es una enfermedad caracterizada por la alteración del peristaltismo esofágico y la no relajación del músculo del esfínter esofágico inferior con causas desconocidas. Las manifestaciones clínicas de la enfermedad son inespecíficas (por ejemplo, pérdida de peso, vómitos y tos persistente); es decir, el diagnóstico precoz de la enfermedad suele ser difícil. Se sabe que el retraso en el diagnóstico de la enfermedad perjudica la calidad de vida de los pacientes. Es necesario identificar los factores de diagnóstico que podrían causar un retraso en el diagnóstico. En este estudio, se recogieron datos de 38 pacientes con acalasia y se buscaron los factores de diagnóstico asociados con el retraso en el diagnóstico (es decir, ≥ 6 meses desde la primera visita al hospital hasta el diagnóstico). Los pacientes inscritos, diagnosticados de acalasia según los hallazgos de la manometría esofágica, habían sido sometidos a una miotomía quirúrgica. En consecuencia, era probable que el diagnóstico de acalasia se retrasara cuando el médico que había contactado por primera vez con el paciente no realizaba una prueba de deglución de bario (p < 0,0001) o una tomografía computarizada de tórax (p < 0,01) a tiempo. Entre los pacientes con un diagnóstico tardío (n = 15), ninguno se sometió a una prueba de deglución de bario o a una TC torácica en los 6 meses siguientes a su primera visita al hospital. Las sensibilidades estimadas de las exploraciones diagnósticas de la acalasia basadas en los 38 pacientes inscritos fueron superiores al 80% para la prueba de deglución de bario y la TC torácica, pero sólo del 50 al 81% para la endoscopia. Para evitar el retraso en el diagnóstico de la acalasia, la realización de una prueba de deglución de bario o una tomografía computarizada de tórax a tiempo, además de la endoscopia rutinaria, parece ser muy importante.