La octava temporada de Juego de Tronos está sirviendo una reunión épica de personajes tras otra, pero la de Sansa y el Sabueso puede ser la mejor hasta ahora. Los dos personajes han estado en Invernalia desde que comenzó la temporada, pero no tienen una conversación adecuada hasta «El último de los Stark». Sansa se sienta con el Sabueso después de ver cómo rechaza las insinuaciones de una chica norteña, y él se apresura a señalar que ella no tiene ningún problema para mirarle a los ojos estos días. Luego la llama «pajarito» y procede a decirle que no habría tenido que soportar a Meñique ni a Ramsay si tan solo hubiera permitido que se la llevara de Desembarco del Rey cuando huyó durante la Batalla del Aguasnegras. Sin embargo, la Dama de Invernalia está segura de que si no hubiera pasado por tanto infierno, habría seguido siendo un pajarito toda su vida.
La escena es corta, pero llena de significado y del peso de la historia entre estos dos personajes. El único problema es que su última escena juntos ocurrió hace tanto tiempo, que existe la posibilidad de que no sepas exactamente cuál es la conexión entre ellos.
La última escena de Sansa y el Sabueso juntos ocurre allá por la segunda temporada. En ese momento, el hermano menor de los Clegane sigue sirviendo como guardaespaldas de Joffrey. Aunque es conocido por ser despiadado, el Sabueso tiene una debilidad por Sansa que le hace actuar como su protector siempre que puede. Tras la decapitación de Ned Stark, es él quien impide que Sansa empuje a Joffrey desde el puente de la torre cuando la obliga a mirar la cabeza de su padre. También es quien la salva de una turba enfurecida en Desembarco del Rey. No hay duda de que ella saca lo bueno de él, pero su mundo es tan solitario y aterrador en la segunda temporada que no está preparada para ver a ese hombre vulgar de rostro dañado como alguien que puede salvarla.
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Sin embargo, eso no impide que el Sabueso lo intente. Cuando el fuego salvaje se extiende durante la Batalla del Aguasnegras, su miedo le lleva a huir de Desembarco del Rey, pero antes va a buscar a Sansa. Le dice que si viene con él, irá al Norte y la llevará a su casa en Invernalia, pero ella prefiere arriesgarse con Stannis si gana la guerra (lo que no sucede). Antes de marcharse, el Sabueso le dice a Sansa, que no puede encontrar su mirada, «El mundo está lleno de asesinos y será mejor que te acostumbres a mirarlos».
Seis temporadas más tarde, Sansa no sólo encuentra y sostiene la mirada del Sabueso, sino que pone su mano sobre la suya. Esta Sansa es mayor y más sabia. No es un pajarito asustado que sueña con un valiente caballero que venga a rescatarla. Ahora es una líder astuta que sabe que la gente buena puede parecerse al Sabueso y que la gente mala puede venir envuelta en bonitos paquetes. El Sabueso puede preguntarse qué podría haber sido si ella se hubiera ido con él en la segunda temporada, pero Sansa sabe que ha recorrido un camino más oscuro por una razón. Ha interiorizado todas las lecciones que ha aprendido por el camino, incluida la que le enseñó el antiguo guardaespaldas de Joffrey, y por eso es capaz de sentarse frente al Sabueso y saber que hay un buen corazón bajo ese exterior rudo.