Las ondas cerebrales, una sinfonía del ritmo natural del cerebro, surgen de las propiedades eléctricas de las células cerebrales, las neuronas y un complejo entorno neuroquímico. Las ondas cerebrales se descubrieron por primera vez en animales a finales del siglo XIX y se registraron por primera vez en humanos hace casi 100 años. El descubrimiento de las propiedades eléctricas de las células cerebrales y la evolución de nuestra capacidad para registrar, medir y analizar las ondas cerebrales a lo largo del último siglo han permitido comprender mejor tanto el funcionamiento normal del cerebro como las enfermedades neurológicas en los seres humanos.
Descubrimiento del EEG y uso en cirugía
El descubrimiento del electroencefalograma (EEG) por el psiquiatra alemán Hans Berger en 1924 proporcionó a la medicina una poderosa herramienta científica y de diagnóstico para medir la actividad eléctrica del cerebro. Los científicos vieron que algunas de estas señales eléctricas cerebrales registradas en bruto estaban vinculadas a estados fisiológicos básicos como la vigilia y el sueño. Durante las convulsiones, los neurocientíficos observaron un patrón de onda de picos que se relacionaba con una actividad eléctrica excesiva.
El uso del EEG durante la cirugía de la epilepsia para guiar el procedimiento siguió rápidamente. En 1939, el neurocirujano Wilder Penfield colocó electrodos de EEG en la cubierta del cerebro para localizar el origen de los ataques en una persona con epilepsia bitemporal. Penfield aprovechó las propiedades eléctricas del cerebro para construir mapas cerebrales críticos en el quirófano mediante la electrocorticografía (EEG grabado directamente desde la superficie del cerebro). Esto guió la extirpación del tejido cerebral patológico, preservando al mismo tiempo regiones críticas del tejido cerebral.
El futuro de la tecnología EEG
La capacidad de detectar y localizar la actividad convulsiva para guiar el tratamiento de la epilepsia sigue ampliándose. Las nuevas tecnologías de EEG muestran la electricidad del cerebro en conjuntos de datos portátiles, no invasivos, de alta resolución y rápidamente analizables que pueden registrarse durante meses. Los neurocientíficos están ampliando aún más los límites del EEG y están trabajando para utilizar grabaciones prolongadas de las ondas cerebrales de una persona para predecir cuándo puede producirse un ataque.
El pensamiento innovador de científicos y empresarios está elevando la tecnología del EEG de los años 20, ampliando el propósito de diagnóstico y cambiando los resultados y la calidad de vida. En la Fundación para la Epilepsia, creemos en la promoción de una cultura de emprendimiento e innovación para acelerar los productos que importan a nuestra comunidad en el mercado en un plazo de tiempo que importa.
Recientemente, los fondos iniciales otorgados a través del concurso Shark Tank de la Fundación para la Epilepsia han ayudado al desarrollo de tecnologías innovadoras de EEG a entrar en el mercado. Dos ejemplos son
- Zeto Inc. (Shark Tank 2016), el primer sistema de EEG de electrodos secos fue autorizado para su uso clínico por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) en 2018.
- UNEEG 24/7 (Shark Tank 2017), el primer sistema de monitorización de implantes de EEG a largo plazo entró en el mercado europeo en 2019.
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