Continuación
El Dr. Gary E. Goodman, del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson de Seattle, y sus colegas examinaron los datos de seguimiento de quienes participaron en el estudio CARET. Su hallazgo: En los fumadores, el mayor riesgo de cáncer de pulmón y de muerte continúa incluso después de que la persona deje de tomar betacaroteno.
«En los participantes de CARET, el riesgo relativo de cáncer de pulmón seguía siendo elevado (aunque no era estadísticamente significativo) cuatro años después del final de la intervención», escriben Goodman y sus colegas.
La mayor parte de este riesgo se observó en las mujeres fumadoras. No está claro por qué las mujeres tienen un mayor riesgo. Tampoco está claro por qué los suplementos de betacaroteno perjudican a los fumadores. La razón más probable es que los radicales libres dañinos presentes en el humo del cigarrillo pueden recibir un impulso de las megadosis de betacaroteno.
Los suplementos de betacaroteno en dosis elevadas pueden dar a una persona demasiado de algo bueno, señalan los investigadores del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center Anna J. Duffield-Lillico, PhD, y Colin B. Begg, PhD. Su editorial del JNCI acompaña al estudio de Goodman.
«Los hallazgos sugieren que los efectos adversos de las altas dosis de betacaroteno sobre la incidencia del cáncer de pulmón y la mortalidad general… pueden estar relacionados con las dosis farmacológicas de betacaroteno utilizadas y las concentraciones resultantes… de betacaroteno», escriben Duffield-Lillico y Begg.