Prepárese para unas cuantas decisiones controvertidas, ya que hemos elaborado nuestra lista de las mejores cajas de ritmos de todos los tiempos. Desde las máquinas analógicas más gordas hasta las unidades icónicas basadas en muestras y las primeras cajas de ritmo seminales, hemos reducido las opciones a nuestras diez favoritas.
10 – Alesis HR-16/HR-16B
Lanzada: 1987
Precio original de venta al público: 600 dólares (alrededor de 375 libras esterlinas)
Precio actual: entre 50 y 200 libras esterlinas por una unidad en buen estado de uso
Durante mucho tiempo, en los años 70 y 80, las cajas de ritmos siguieron siendo el coto de la élite musical relativamente adinerada (¿alguien sabe si LinnDrum cuesta 2.995 dólares?). Todo cambió en 1987 cuando Alesis presentó la HR-16, una de sus primeras incursiones en el mercado de las cajas de ritmos y la primera caja de ritmos digital de bajo coste. De la noche a la mañana, el campo de juego se niveló.
Al ofrecer unos impresionantes 49 sonidos de batería y percusión muestreados de 16 bits -incluyendo un completo conjunto «étnico»- la HR-16 era a la vez potente y asequible, y con las tareas de secuenciación realizadas a través de 100 patrones programables por el usuario (y 100 canciones), sus credenciales de estudio tampoco podían discutirse. También era increíblemente fácil de usar.
En cuanto al sonido, el HR-16 es limpio, con cuerpo y claro, aunque un poco, bueno… cursi (su hermano menor, el HR-16B, tiene un mejor conjunto de muestras). Pero eso no impidió que fuera abrazado (y amado) por muchos miles de fans y dobladores de circuitos de todo el mundo, incluyendo a Orbital, Leftfield y Autechre.
Si había un defecto en el HR (y a ese precio, realmente no lo había), era la construcción, que era notablemente endeble, con botones engomados poco fiables y almohadillas irritantes. Pero cuando consiguió abrir las compuertas para batir a los constructores de todo el mundo, estos pequeños fallos parecen, en el mejor de los casos, chuscos, y aún hoy la caja sigue siendo una sólida inversión.
Autor David Felton
1 de agosto de 2012