Si usted está siendo abusado o descuidado por su familia, puede ser tan confuso como aterrador. Tu reacción natural es confiar en las personas que se supone que te cuidan, pero bajo ninguna circunstancia el abuso es aceptable. Hay diferentes tipos de maltrato, como el físico, el verbal, el sexual, el psicológico o la negligencia, pero lo fundamental es que un miembro de la familia que te causa daño físico o emocional es un maltratador.
Mereces sentirte seguro y querido. Vivir en una situación de abuso puede hacerte cuestionar tu propia cordura e instintos hasta el punto de no darte cuenta de que eres una víctima de abuso. Pero puedes confiar en tus instintos. Si no te sientes segura en tu casa, probablemente estés sufriendo algún tipo de maltrato. Habla con alguien de confianza sobre lo que estás experimentando. Si no se toman en serio tus preocupaciones, entonces necesitas encontrar a alguien que te escuche.
Puede haber una serie de emociones que sientas como el miedo, la culpa o la ira cuando pidas ayuda. Puedes temer que pase algo malo si se lo cuentas a alguien o que la gente te culpe por hablar. Pero tienes que hacer lo que es mejor para ti: mantenerte a salvo y encontrar personas que te apoyen. Busca ayuda fuera de tu familia inmediata, como hablar con una tía, un tío, un consejero escolar o un profesor. Sólo asegúrate de que alguien de confianza fuera de tu familia esté al tanto de tu situación.
Si estás en peligro, llama a la línea telefónica nacional de abuso infantil al 1(800) 422-4453 para hablar con un consejero de crisis capacitado. Otros recursos en caso de crisis son la Línea Nacional de Prevención del Suicidio en el 1-800-273-TALK o el envío de un mensaje de texto con la palabra «MHA» a la Línea de Texto de Crisis en el 741741.
Si te enfrentas a un abuso verbal o emocional, designa un espacio seguro en tu casa o en la de un amigo para poder estar lejos del abuso. Utiliza tus palabras y acciones para crear límites saludables entre tú y los miembros de tu familia. Por ejemplo, termina una conversación o sal de la habitación para mostrar que no vas a tolerar el abuso. Por encima de todo, mantenerse a salvo es muy importante cuando se enfrenta a una situación de abuso.
Incluso cuando ha escapado de un hogar abusivo, el trauma que experimentó todavía puede tener un impacto duradero. Puede parecerle injusto tener que lidiar con las secuelas de las malas acciones de otra persona, pero buscar ayuda profesional es lo mejor que puede hacer por su bienestar personal. Un profesional de la salud mental puede ayudarte a establecer límites saludables y a desarrollar relaciones de confianza con personas que te apoyen.
Hagas lo que hagas, resiste el impulso de albergar y reprimir tu ira – eventualmente esa ira sacará su horrible cabeza. Es una dura lección aprender que los miembros de la familia no siempre tuvieron en cuenta tus mejores intereses. Pero a pesar de cómo el abuso y la negligencia están diseñados para hacerte sentir, mereces todo el derecho a sanar y seguir adelante con tu vida.