Resumen
PIP: La hemorragia uterina anormal es la complicación más común del uso del DIU. La metrorragia menor durante la inserción y los 2 ó 3 ciclos iniciales es común y no tiene significado patológico. Las verdaderas complicaciones son la menorragia, o aumento del volumen de sangre, y la metrorragia, o sangrado intermenstrual repetido. Los DIU inertes aumentan el volumen de pérdida de sangre menstrual en un 100-140% y los dispositivos de cobre en un 50-60%. La pérdida de sangre está directamente relacionada con el tamaño y la forma del DIU; los dispositivos de cobre provocan menos hemorragias debido principalmente a su reducida superficie. La anemia secundaria a los problemas menstruales es un problema grave en los países en desarrollo. La metrorragia en las usuarias del DIU suele estar asociada al dolor y puede llevar a la retirada del dispositivo. Puede ser el resultado de la misma serie de modificaciones morfológicas y funcionales del endometrio que la menorragia, pero lo más frecuente es que señale una verdadera complicación, ya sea una infección uteroanexial, un embarazo intra o extrauterino o un aborto espontáneo, o una inadaptación a la cavidad uterina o un desplazamiento del DIU, quizá con perforación. La metrorragia también puede ser el resultado de la aparición de un depósito de calcio en la superficie de un DIU colocado durante más de 2 años, o puede revelar una patología no relacionada con el DIU, como un mioma, un pólipo, una hiperplasia endometrial o una adenomiosis. La menorragia es una consecuencia casi inevitable del uso del DIU, pero la metrorragia requiere una estrecha vigilancia. Es necesario un examen clínico con ayuda de pruebas diagnósticas para distinguir entre las complicaciones que requieren un tratamiento inmediato y las simples intolerancias que pueden resolverse espontáneamente. La ecografía es indispensable, para confirmar la buena colocación del DIU o para descartar anomalías uterinas o un embarazo. La histeroscopia puede realizarse con el DIU colocado o no, para diagnosticar hiperplasias endometriales localizadas, pólipos, DIU mal colocado o perforaciones parciales o completas. La histerografía, una vez descartada la infección y el embarazo, puede revelar una patología endocavitaria, una malformación uterina, un DIU mal colocado o una posible perforación, pero muchos profesionales prefieren la histeroscopia. En la mayoría de los casos, el manchado y la menorragia son consecuencia de las respuestas inflamatorias del endometrio al cuerpo extraño que representa el DIU. Para reducir la hemorragia pueden utilizarse antifibrinolíticos, protectores vasculares o, tal vez, progestágenos como el linestrenol. Los inhibidores de las prostaglandinas pueden utilizarse sólo durante la menstruación. Un DIU liberador de progesterona puede reducir el volumen menstrual en un 40-50%, a veces a costa de varios meses de amenorrea, pero el número total de días de sangrado puede aumentar. Si no hay mejora con estas medidas, el DIU debe ser retirado y cultivado sistemáticamente. Una extracción difícil puede indicar una perforación, en cuyo caso el dispositivo debe extraerse por laparoscopia.