Se presenta el caso de una mujer de 35 años con migraña abdominal. Desde hace cuatro años sufría dolores abdominales que se producían sólo por la noche, siempre entre la 1 y las 3 de la madrugada. Cada vez que tenía diarrea y vomitaba, descubría que esto le aliviaba el dolor. A veces perdía el conocimiento durante 1-2 minutos. Después del ataque se sentía muy débil, se le adormecían las piernas y los pies y le resultaba difícil conciliar el sueño. Los ataques y los desmayos aumentaron su frecuencia hasta que tuvo varios al mes. Numerosos exámenes gastrologicos no revelaron ninguna desviación de la normalidad. En la unidad de consulta antiepiléptica se excluyó la epilepsia abdominal (no se encontraron anomalías en los exámenes de eeg y TAC del cráneo). De niña tenía dolores abdominales paroxísticos. Cuando la paciente tenía 10 años, tuvo un ataque que duró una semana y, aunque el dolor era intenso en el lado izquierdo, se realizó una apendicectomía. Su madre sufre de migraña con dolores de cabeza muy severos. La paciente fue remitida a nuestra unidad de consulta donde fue tratada con Pizotifen en dosis de 0,5 mg por la mañana y al mediodía y 1 mg por la noche durante tres meses en los que no tuvo ningún ataque. Unas semanas después de suspender este tratamiento, los ataques nocturnos volvieron a aparecer aunque los dolores no eran tan intensos. Entonces se le recetó Nitrendipino, 5 mg por la noche, y los ataques cesaron. Sin embargo, la paciente dijo que se había sentido mejor al tomar Pizotifen.