A veces me preguntan por qué me gustan las artes marciales. ¿Por qué querría alguien que le presionaran, que le pusieran presas y estrangulamientos? ¿Por qué alguien dejaría que sus hijos entrenaran jiu jitsu? ¿No hay un alto riesgo de lesiones? ¿Y la agresividad? Mi única respuesta a preguntas como estas, es preguntar a la persona cuánto sabe realmente sobre la filosofía detrás de las artes marciales.
Las artes marciales no son todo gritos y patadas salvajes. No es un aluvión de ataques sin sentido que viste en una película de Bruce Lee. Es un lenguaje metódico y complejo de defensa personal, en el que se actúa y se vive según un conjunto de principios básicos. Mi principio favorito del jiu jitsu es el del mushin no shin.
MUSHIN NO SHIN
Los textos zen y taoístas hablan de un estado mental llamado mushin no shin o la mente sin mente. Este estado mental se refiere a un estado de completa apertura, donde el miedo, el ego y la ira dejan de existir. Lo más difícil de dominar en las artes marciales suelen ser nuestros propios defectos. ¿Eres rápido para enfadarte? ¿Odia perder? ¿Te rindes fácilmente? Todas estas debilidades saldrán a la superficie al entrenar jiu jitsu, porque el jiu jitsu pone a prueba nuestros límites personales, exponiéndonos como somos, independientemente de cómo nos veamos. Podemos sentirnos en la cima del mundo, y en el mismo instante seremos barridos de nuestros pies y sometidos.
Ciertamente, esto puede provocar mucha frustración. Puede hacernos sentir inútiles, y corremos el riesgo de ser poco amables con nosotros mismos. Pero lo increíble del jiu jitsu es cómo te templa como el acero. Con cada bloqueo, derribo o barrido, aprendes a no enredarte en tus propios esfuerzos por ser «grande». En su lugar, te comes tu humilde trozo de pastel y aprendes a reconocer todo el potencial que tu cuerpo podría ser.
UNA MENTE DE PERSEVERANCIA
Es un dicho favorito que dice que un cinturón negro es simplemente un cinturón blanco que se ahogó demasiadas veces. Cuando fracasas, aprendes. Cuando tienes éxito, aprendes. No hay más camino que el de la subida.
De este modo, el jiu jitsu puede ayudarnos a afrontar y superar los obstáculos mediante la perseverancia. ¿Qué es una montaña si se la pica día a día? Se convierte en polvo.
A través de la práctica constante, el jiu jitsu coordina tu cuerpo de tal manera que empiezas a ver los movimientos antes de que sucedan. Es esta red interconectada de movimientos y habilidades motoras finas lo que impresiona al ojo no entrenado. Pero la verdad es que no hay superhombres ni mujeres maravillosas. Sólo hay gente que se presenta, abierta y con ganas de aprender.