FONTANA (CBSLA) – Lorenza Marrujo puede ser pequeña – mide menos de 5 pies – pero el lunes por la noche, la mujer de 67 años demostró que puede dar un golpe.
Lorenza Marrujo, de 67 años, derribó a un intruso que primero irrumpió en su apartamento y luego en el de su amiga en un complejo de Fontana para personas mayores. (CBSLA)
Según la policía, Marrujo se enfrentó a un intruso después de que éste irrumpiera en su apartamento de Fontana en un complejo para personas mayores.
«Cuando venía hacia mí, le dije: ‘Retrocede’ de inmediato», dijo Marrujo, que tiene 26 años de entrenamiento en artes marciales.
El hombre hizo caso y salió de su apartamento, pero no había terminado la noche, irrumpiendo en el apartamento de Elizabeth McCray, de 81 años, amiga y vecina de Marrujo.
«Me agarró y me sacudió», dijo McCray. «Y me tiré al suelo».
Marrujo escuchó los gritos de McCray e inmediatamente fue a ayudar.
«Me apreté entre ella y él», dijo Marrujo. «Puse a mamá de lado, y me abalancé sobre él y le estaba dando puñetazos y todo, y tenía el bastón contra su garganta».
Marrujo dijo que no quería matar al intruso, así que cambió de posición para sujetarlo con las manos.
«Él se levantó y trató de retorcer mi mano, pero al mismo tiempo, yo retorcí la suya y la giré muy rápido y él decía: ‘Me estás haciendo daño, me estás haciendo daño'», dijo Marrujo. «Y yo le dije: ‘No me importa. No me importa lo que te pase. No tenías derecho a hacer daño a una persona mayor'».
«No esperaba que esa señorita fuera tan valiente», dijo McCray sobre su amiga. «Le dije: ‘Podrías tener cuidado, nos va a matar’. Ella dijo: ‘Esta noche no'»
McCray fue llevada al hospital para recibir tratamiento y fue dada de alta al día siguiente. La sospechosa, que no resultó herida físicamente, fue detenida por la policía, que no recomienda que la gente se lance a situaciones como ésta.
«Recomendamos que se marque el 911 para recibir asistencia de emergencia, lo que, en este caso, hizo ella, y también se lanzó», dijo Jennie Venzor, portavoz del Departamento de Policía de Fontana. «Lo que me dijo es que su entrenamiento se puso en marcha, y fue como una memoria muscular. Sabía que tenía que ayudar a su amiga».