La palpación debe realizarse generalmente con el examinador en el lado derecho del paciente. Para que la palpación tenga éxito, es esencial que las manos estén calientes y que el paciente esté relajado. Para ayudar al paciente a relajarse:
- Comience lenta y suavemente con una palpación ligera, evitando cualquier zona de sensibilidad.
- Pida al paciente que doble las rodillas para ayudar a relajar la pared abdominal.
- Haga que los pacientes con cosquillas coloquen su mano encima de la suya durante la palpación.
Adopte un enfoque sistemático para evaluar las regiones suprapúbica, periumbilical y epigástrica, además de los cuatro cuadrantes. Observe las masas, las zonas de sensibilidad o de guardia. Siga la palpación ligera con la palpación profunda.
Palpación del hígado:
Después de la palpación general, el examinador debe palpar específicamente el hígado, evaluando su contorno y consistencia, tamaño y la presencia de sensibilidad o pulsatilidad. Si es palpable, el hígado normal es liso con un borde suave y distinto, generalmente no es sensible y puede ser palpable varios centímetros por debajo del margen costal en la línea medio-clavicular.
Palpación del bazo:
Después de palpar el hígado, determine si la punta del bazo es palpable, anotando la ubicación, el contorno y la presencia de sensibilidad. Hacer que la paciente se gire sobre su lado derecho aumentará su capacidad para palpar un sutil agrandamiento del bazo. La punta del bazo es raramente palpable en los adultos, y su presencia debe alertar al examinador de una posible esplenomegalia.
Palpación de la aorta y los riñones:
Por último, evalúe la presencia de un aneurisma aórtico. Aproximadamente el 30% de los aneurismas abdominales asintomáticos se detectan en la exploración física del abdomen. La aorta normal tiene menos de 3,0 cm de ancho. Una masa pulsátil periumbilical o de la parte superior del abdomen es sugestiva de un aneurisma o ectasia aórtica. La capacidad de evaluar la anchura de la aorta por palpación depende en gran medida de la masa corporal o de la musculatura abdominal.
En los adultos, los riñones rara vez son palpables, a menos que estén agrandados o sean muy quísticos. Sin embargo, los riñones trasplantados son palpables en los cuadrantes inferiores.
Región inguinal:
A menudo se incluye en el examen abdominal una evaluación de la región inguinal; evaluando los pulsos arteriales por palpación y auscultación y observando cualquier aumento de tamaño de los ganglios linfáticos.
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