El origen del helado de plombières es discutido. No está claro si su nombre hace referencia al municipio de Plombières-les-Bains. Una etimología popular sugiere que el plato se sirvió por primera vez a Napoleón III en la firma del Tratado de Plombières.
Según Pierre Lacam en 1893, la «crema plombière» toma su nombre de un utensilio utilizado para hacerla. Una teoría etimológica similar fue propuesta por Joseph Favre en su libro Dictionnaire universel de cuisine, que dice que «plombière es un sinónimo de bombe, que se utiliza para moler los ingredientes del plato». Otros estudiosos han sugerido que el postre toma su nombre del molde en el que se prensa la crema.
Marie-Antoine Carême proporcionó una receta de «crema plombière» en su libro de 1815, Pâtissier royal parisien. Se pueden encontrar recetas similares en otros libros de cocina franceses del siglo XIX.
El helado de plombière se menciona en Splendeurs et misères des courtisanes, publicado en 1844 por Honoré de Balzac.
No hay que confundir la plombière con el helado de Málaga, un helado de vainilla servido con pasas empapadas en vino o ron de Málaga.