EnCoate está desarrollando una familia única de biopolímeros que estabilizan los microbios para que puedan sobrevivir durante largos periodos a temperatura ambiente. La empresa espera que la investigación de esta técnica pueda ayudar a los probióticos a introducirse en los alimentos no refrigerados, lo que abriría la posibilidad de otras muchas aplicaciones. Los probióticos reciben cada vez más respaldo científico en cuanto a sus efectos positivos sobre la salud intestinal, pero la tecnología actual ha limitado sus usos y no permite mezclarlos con ingredientes húmedos o no refrigerados, lo que limita considerablemente su alcance. La mayoría de los alimentos que contienen bacterias probióticas se encuentran en la sección refrigerada de los supermercados, ya que las bacterias se destruyen con el calor y otras condiciones de procesamiento. Esto ha dado al sector lácteo, ya acostumbrado a manipular bacterias vivas para la fabricación de yogures, una gran ventaja en los alimentos probióticos: los yogures bebibles probióticos son actualmente el producto lácteo de mayor crecimiento en Europa. Pero la investigación se ha centrado cada vez más en ampliar la protección de los probióticos durante el procesado y en ampliar las categorías de alimentos disponibles para los prebióticos. Esta vía de investigación ha llevado a empresas como Cell Biotech, de Corea, a utilizar un doble revestimiento para proteger los probióticos contra el oxígeno, el ácido, la humedad y las altas temperaturas para su uso en nuevas categorías de productos como los cereales de desayuno y los batidos. También se están estudiando otros enfoques, como la mejora de la viabilidad de los probióticos mediante el uso de partículas de gel de proteína de suero o fibras prebióticas. De hecho, científicos del Centro de Investigación Técnica de Finlandia (VTT) investigaron la capacidad de varias fibras prebióticas para proteger la estabilidad y la viabilidad de las cepas probióticas de Lactobacillus rhamnosus durante la liofilización, el almacenamiento en forma liofilizada y después de la formulación en zumo de manzana y cereales de desayuno recubiertos de chocolate. EnCoate ya ha lanzado al mercado el BioShield, que permite la supervivencia de los microbios beneficiosos cuando se utiliza en aplicaciones de campo para controlar el gusano de la hierba. Pero el biopolímero EnCoate tiene aplicaciones mucho más amplias, dijo ayer la empresa, y esta inyección de dinero financiará el desarrollo de una revolucionaria línea de formulaciones probióticas que mejorarán los productos alimentarios. El objetivo de EnCoate es desarrollar probióticos y prolongar su vida útil hasta dos años a temperatura y humedad ambiente. EnCoate ha desarrollado una tecnología capaz de estabilizar estos microbios para que puedan utilizarse para mejorar alimentos como los cereales de desayuno, los polvos de leche para bebés y las galletas para perros. La directora ejecutiva en funciones de EnCoate, Bridgit Hawkins, dijo que esta inversión abre un mercado mundial potencialmente enorme para los ingredientes probióticos. Dijo: «El mercado para los ingredientes probióticos de EnCoate serán los fabricantes y comercializadores mundiales de alimentos no refrigerados que buscan diferenciar sus productos en la percepción de los consumidores preocupados por la salud». El mercado de los ingredientes probióticos está valorado en más de 437 millones de euros (600 millones de dólares), y crece a un ritmo del 10 al 20% anual, dijo. AgResearch, que posee la mitad de EnCoate, dijo que el acuerdo tenía el potencial de duplicar los usos del mercado, permitiendo a los fabricantes de alimentos ampliar la categoría de probióticos de los alimentos refrigerados a los productos no refrigerados. El Dr. Ian Boddy, director de servicios comerciales de AgResearch, añadió: «Además, EnCoate tiene un potencial que va más allá de la ampliación de la vida útil de los probióticos, ya que la tecnología principal de EnCoate es el biopolímero, que tiene aplicaciones en la biología agrícola, la alimentación, el recubrimiento de semillas y las vacunas». El dinero procederá de BioPacificVentures, un fondo de 73 millones de euros (100 millones de dólares) que invierte en ciencias de la vida, gestionado por la empresa de Auckland Direct Capital en colaboración con el grupo global Inventages.