Q. Soy un hombre de 68 años enamorado de una mujer de 36 años. No puedo conseguir una erección sin importar lo que hagamos. Tengo presión arterial alta y tomo Zestril una vez al día. ¿Puede ayudarme?
A. Le sugiero que pida cita con un urólogo o una clínica de un centro médico especializado en disfunciones sexuales. Ellos estarán preparados para discutir el funcionamiento sexual con usted.
La excitación y la respuesta sexual cambian para muchos hombres a medida que envejecen, lo que puede afectar a la consecución y mantenimiento de la erección. Algunos de los cambios típicos son: un aumento del tiempo entre erecciones, un alargamiento del tiempo que se tarda en obtener una erección, una menor rigidez del pene y una pérdida más frecuente de la erección durante las relaciones sexuales.
Muchos hombres de edad avanzada tienen éxito en el mantenimiento de la erección cuando la estimulación es más directa y continua de lo que era necesario antes. Algunos hombres experimentan uno o dos episodios de problemas para conseguir una erección y temen tener una disfunción eréctil permanente. Este temor, más que cualquier otro factor, se convierte en la causa de futuros problemas de erección.
Los medicamentos son un factor importante en la disfunción eréctil. El fabricante de Zestril (lisinopril-Stuart) señala que algo más del 1 por ciento de los hombres que tomaron este medicamento en ensayos clínicos informaron de una disfunción eréctil.
Es importante que su urólogo realice pruebas que permitan detectar trastornos vasculares (vasos sanguíneos), neurógenos (nervios) y endocrinos (hormonas) que puedan afectar a la erección. Algunas de las pruebas que se realizan con más frecuencia son:
Monitoreo nocturno de la tumescencia del pene, análisis de sangre (para detectar niveles de testosterona/
LH, glucosa en sangre y colesterol), pletismografía del pene (para evaluar la elasticidad de los vasos del pene), presión arterial del pene y biotesiometría del pene (para evaluar la sensibilidad vibratoria del pene).