Por George Allen, ex entrenador de los Washington Redskins
Un entrenamiento es un 25 por ciento de transpiración y un 75 por ciento de determinación. Dicho de otro modo, es una parte de esfuerzo físico y tres partes de autodisciplina. Hacerlo es fácil una vez que se empieza.
Un entrenamiento te hace mejor hoy que ayer. Fortalece el cuerpo, relaja la mente y fortalece el espíritu. Cuando haces ejercicio con regularidad, tus problemas disminuyen y tu confianza aumenta.
Un entrenamiento es un triunfo personal sobre la pereza y la postergación. Es la insignia de un ganador, la marca de una persona organizada y orientada a objetivos que ha tomado las riendas de su destino.
Un entrenamiento es un uso inteligente del tiempo y una inversión en la excelencia. Es una forma de prepararse para los retos de la vida y de demostrarse a sí mismo que tiene lo que hay que tener para hacer lo necesario.
Un entrenamiento es una llave que ayuda a abrir la puerta de las oportunidades y el éxito. Dentro de cada uno de nosotros se esconde una fuerza extraordinaria. La aptitud física y mental son los desencadenantes que pueden liberarla.
Un entrenamiento es una forma de renacimiento. Cuando terminas un buen entrenamiento, no sólo te sientes mejor, sino que te sientes mejor contigo mismo.