Las rabietas pueden ser una parte normal y común de la primera infancia, pero a veces son un signo de un problema que debe ser abordado.
Los padres a menudo me preguntan si las rabietas de sus hijos van más allá de lo normal. Cuándo es normal que un niño preescolar con la cara roja grite y se agite; cuándo es la rabieta un motivo de preocupación? ¿Qué es demasiado frecuente? ¿Qué es demasiado largo? ¿Qué es demasiado extremo?
Las cinco razones principales para preocuparse por las rabietas
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington analizaron las rabietas de 279 niños de 3 a 6 años. Sus resultados se publicaron en la revista Journal of Pediatrics de enero de 2008.
Dividieron las conductas de las rabietas en agresivas-destructivas (dar patadas a otros, golpear a otros, lanzar objetos, romper objetos), autolesivas (golpearse a sí mismo, golpearse la cabeza, aguantar la respiración, morderse a sí mismo), agresiones no destructivas (patadas no dirigidas, dar pisotones, golpear la pared) y agresiones orales (morder a otros, escupir a otros).
Los autores sugieren que los padres no deben preocuparse por las rabietas extremas aisladas u ocasionales, especialmente si el niño tiene hambre, está demasiado cansado o enfermo. En su lugar, deben prestar atención a los estilos de rabietas, el patrón general de rabietas.
Identificaron 5 estilos de rabietas de alto riesgo y sugieren que los niños mayores de 3 años con cualquiera de ellos merecen una evaluación más profunda por parte de un especialista en salud mental.
Los resultados del estudio son preliminares, y de ninguna manera están probados, pero al menos dan a los padres y a los pediatras un punto de partida.
Las rabietas agresivas
Si un niño muestra agresividad hacia un cuidador o intenta destruir juguetes u otros objetos durante la mayoría de las rabietas, el niño puede tener TDAH, trastorno negativista-desafiante u otro trastorno disruptivo. En concreto, si más de la mitad de una serie de 10 o 20 rabietas incluye agresiones a los cuidadores y/o a los objetos, considere la posibilidad de realizar una evaluación. Los niños deprimidos también pueden presentar un patrón de agresividad.
Las rabietas autolesivas
Al llegar a los 3 años de edad, un patrón de intentar hacerse daño durante una rabieta puede ser un signo de depresión mayor y debe ser siempre evaluado. A esta edad, las rabietas que incluyen comportamientos como rascarse hasta que la piel sangra, golpearse la cabeza o morderse a sí mismo son señales de alarma, independientemente de la duración de los episodios o de la frecuencia con que se produzcan. En este estudio, casi siempre se asociaron a un diagnóstico psiquiátrico.
Las rabietas frecuentes
Las rabietas en casa son más comunes que en la guardería o en la escuela. Tener 10 rabietas distintas en un solo día en casa puede ser sólo un mal día, pero si ocurre más de una vez en un período de 30 días, hay un mayor riesgo de un problema clínico. Lo mismo ocurre con más de 5 rabietas distintas al día en varios días en la escuela.
En este estudio, cuando las rabietas se producían en la escuela, o fuera de casa o de la escuela, más de 5 veces al día en varios días, había un mayor riesgo de TDAH y otros trastornos disruptivos.
Las rabietas prolongadas
Una rabieta normal en este estudio duraba una media de 11 minutos (¡aunque seguro que a los padres les parecía mucho más larga!). Cuando las rabietas típicas de un niño duran más de 25 minutos cada una, por término medio, es conveniente realizar una evaluación más exhaustiva.
Las rabietas que requieren ayuda externa
Los niños que suelen necesitar ayuda adicional de un cuidador para recuperarse tenían un mayor riesgo de padecer TDAH, independientemente de la frecuencia de las rabietas o de su duración. Hablar con calma a tu hijo en medio de una rabieta, o actuar de forma tranquilizadora, es normal. Pero si ves que no puedes parar una rabieta sin ceder u ofrecer un soborno, presta atención. A los 3 años, los niños deberían aprender a calmarse solos.
Es normal que los niños sanos en edad preescolar tengan a veces rabietas extremas y que arremetan contra las personas o las cosas en alguna ocasión. Empezar a prestar atención a los estilos de rabietas en lugar de a las rabietas individuales puede ayudar a determinar qué es saludable y qué no lo es, y cómo responder.
¿Cuál es su experiencia?
Beldon, AC, Thomson NR, Luby JL. Las rabietas en preescolares sanos frente a los deprimidos y perturbadores: definición de las conductas de rabietas asociadas a problemas clínicos. Journal of Pediatrics. 10.1016/j.jpeds.2007.06.030. Enero 2008.