En esta página:
- ¿Qué causa el sangrado en el tracto digestivo?
- ¿Cómo se reconoce el sangrado en el tracto digestivo?
- ¿Cómo se diagnostica el sangrado en el tracto digestivo?
- ¿Cómo se tratan las hemorragias en el tubo digestivo?
- Esperanza a través de la investigación
Las hemorragias en el tubo digestivo son un síntoma de una enfermedad más que una enfermedad en sí. Las hemorragias pueden producirse como resultado de una serie de condiciones diferentes, algunas de las cuales son potencialmente mortales. La mayoría de las causas de las hemorragias están relacionadas con afecciones que pueden curarse o controlarse, como las úlceras o las hemorroides. La causa de la hemorragia puede no ser grave, pero es importante localizar el origen de la misma.
El tracto digestivo o gastrointestinal (GI) incluye el esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso o colon, el recto y el ano. Las hemorragias pueden proceder de una o varias de estas zonas, es decir, de una zona pequeña como una úlcera en el revestimiento del estómago o de una superficie grande como una inflamación del colon. En ocasiones, el sangrado puede producirse sin que la persona lo note. Este tipo de sangrado se denomina oculto o escondido. Afortunadamente, unas sencillas pruebas pueden detectar la sangre oculta en las heces.
¿Qué causa la hemorragia en el tracto digestivo?
La acidez estomacal puede causar una inflamación que puede provocar una hemorragia en el extremo inferior del esófago. Esta afección, generalmente asociada al síntoma de acidez, se denomina esofagitis o inflamación del esófago. A veces, un músculo entre el esófago y el estómago no se cierra correctamente y permite el retorno de los alimentos y los jugos gástricos al esófago, lo que puede provocar una esofagitis. En otra afección no relacionada, las venas dilatadas (varices) en el extremo inferior del esófago pueden romperse y sangrar masivamente. La cirrosis hepática es la causa más común de las varices esofágicas. La hemorragia esofágica puede estar causada por un desgarro en el revestimiento del esófago (síndrome de Mallory-Weiss). El síndrome de Mallory-Weiss suele ser consecuencia de los vómitos, pero también puede estar causado por un aumento de la presión en el abdomen a causa de la tos, la hernia de hiato o el parto. El cáncer de esófago puede causar hemorragias.
El estómago es un lugar frecuente de hemorragias. Las infecciones por Helicobacter pylori (H. pylori), el alcohol, la aspirina, los medicamentos que contienen aspirina y varios otros medicamentos (AINE) (especialmente los utilizados para la artritis) pueden causar úlceras o inflamación del estómago (gastritis). El estómago suele ser el lugar donde se producen las úlceras. Las úlceras agudas o crónicas pueden agrandarse y erosionar un vaso sanguíneo, provocando una hemorragia. Además, los pacientes que sufren quemaduras, golpes, lesiones en la cabeza o cáncer, o los que han sido sometidos a una cirugía extensa, pueden desarrollar úlceras de estrés. También pueden producirse hemorragias a causa de tumores benignos o cáncer de estómago, aunque estos trastornos no suelen causar hemorragias masivas.
Una fuente común de hemorragias del tracto digestivo superior son las úlceras en el duodeno (la parte superior del intestino delgado). Las úlceras duodenales suelen estar causadas por una infección con la bacteria H. pylori o por fármacos como la aspirina o los AINE.
En el tracto digestivo inferior, el intestino grueso y el recto son lugares frecuentes de hemorragia. Las hemorroides son la causa más común de sangre visible en el tracto digestivo, especialmente la sangre que aparece de color rojo brillante. Las hemorroides son venas agrandadas en la zona anal que pueden romperse y producir sangre roja brillante, que puede aparecer en el inodoro o en el papel higiénico. Sin embargo, si se observa sangre roja, es esencial excluir otras causas de sangrado, ya que la zona anal también puede ser el lugar de cortes (fisuras), inflamación o cáncer.
Los crecimientos benignos o pólipos del colon son muy comunes y se cree que son precursores del cáncer. Estos crecimientos pueden causar sangre roja brillante o sangrado oculto. El cáncer colorrectal es el tercero más frecuente de todos los cánceres en los Estados Unidos y a menudo causa una hemorragia oculta en algún momento, pero no necesariamente una hemorragia visible.
La inflamación por diversas causas puede producir una hemorragia extensa del colon. Diferentes infecciones intestinales pueden causar inflamación y diarrea con sangre. La colitis ulcerosa puede producir inflamación y extensas hemorragias superficiales a partir de pequeñas ulceraciones. La enfermedad de Crohn del intestino grueso también puede producir hemorragias.
La enfermedad diverticular causada por divertículos -salidas de la pared del colon- puede dar lugar a hemorragias masivas. Por último, a medida que se envejece, pueden desarrollarse anomalías en los vasos sanguíneos del intestino grueso, que pueden dar lugar a hemorragias recurrentes.
Los pacientes que toman medicamentos anticoagulantes (warfarina) pueden presentar hemorragias del tracto gastrointestinal, especialmente si toman fármacos como la aspirina.
¿Cuáles son las causas habituales de hemorragias en el tracto digestivo?
Esófago
- inflamación (esofagitis)
- venas dilatadas (varices)
- desgarro (síndrome de Mallory-Weiss)
- cáncer
Estómago
- úlceras
- inflamación (gastritis)
- cáncer
Intestino delgado
- úlcera duodenal
- inflamación (enfermedad del intestino irritable)
Intestino grueso y recto
- hemorroides
- infecciones
- inflamación (colitis ulcerosa)
- pólipos colorrectales
- cáncer colorrectal
- enfermedad diverticular
¿Cómo se reconocen las hemorragias en el tubo digestivo?
Los signos de hemorragia en el tubo digestivo dependen del lugar y la gravedad de la hemorragia. Si la sangre procede del recto o de la parte inferior del colon, la sangre de color rojo brillante cubrirá o se mezclará con las heces. Las heces pueden estar mezcladas con sangre más oscura si la hemorragia se produce en la parte superior del colon o en el extremo del intestino delgado. Cuando hay una hemorragia en el esófago, el estómago o el duodeno, las heces suelen ser negras o alquitranadas. El material vomitado puede ser de color rojo brillante o tener un aspecto de café molido cuando se trata de una hemorragia en esos lugares. Si la hemorragia es oculta, el paciente puede no notar ningún cambio en el color de las heces.
Si se produce una hemorragia masiva repentina, la persona puede sentirse débil, mareada, desmayada, con falta de aliento o con dolor abdominal o diarrea. Puede producirse un shock, con pulso rápido, caída de la presión arterial y dificultad para producir orina. El paciente puede ponerse muy pálido. Si la hemorragia es lenta y se produce durante un largo periodo de tiempo, se producirá una aparición gradual de fatiga, letargo, dificultad para respirar y palidez por la anemia. La anemia es una condición en la que la sustancia rica en hierro de la sangre, la hemoglobina, está disminuida.
¿Cómo se diagnostica una hemorragia en el tracto digestivo?
Se debe localizar el lugar de la hemorragia. Son esenciales una historia clínica y una exploración física completas. Los síntomas como los cambios en los hábitos intestinales, el color de las heces (a negro o rojo) y la consistencia, y la presencia de dolor o sensibilidad pueden indicar al médico qué zona del tracto gastrointestinal está afectada. Dado que la ingesta de hierro, bismuto (Pepto Bismol) o alimentos como la remolacha pueden dar a las heces el mismo aspecto que una hemorragia del tubo digestivo, el médico debe analizar las heces en busca de sangre antes de ofrecer un diagnóstico. Un recuento de sangre indicará si el paciente está anémico y también dará una idea de la magnitud de la hemorragia y de lo crónica que puede ser.
Endoscopia
La endoscopia es una técnica de diagnóstico habitual que permite ver directamente el lugar de la hemorragia. Dado que el endoscopio puede detectar lesiones y confirmar la presencia o ausencia de hemorragias, los médicos suelen elegir este método para diagnosticar a los pacientes con hemorragias agudas. En muchos casos, el médico puede utilizar el endoscopio para tratar también la causa de la hemorragia.
El endoscopio es un instrumento flexible que puede introducirse por la boca o el recto. El instrumento permite al médico ver dentro del esófago, el estómago, el duodeno (esofagoduodenoscopia), el colon (colonoscopia) y el recto (sigmoidoscopia); recoger pequeñas muestras de tejido (biopsias); tomar fotografías y detener la hemorragia.
La endoscopia del intestino delgado, o enteroscopia, es un procedimiento que utiliza un endoscopio largo. Este endoscopio puede utilizarse para localizar fuentes no identificadas de hemorragia en el intestino delgado.
Otros procedimientos
Existen otros métodos para localizar la fuente de la hemorragia. Las radiografías con bario, en general, son menos precisas que la endoscopia para localizar los puntos de sangrado. Algunos inconvenientes de las radiografías con bario son que pueden interferir con otras técnicas de diagnóstico si se utilizan para detectar hemorragias agudas, que exponen al paciente a los rayos X y que no ofrecen la posibilidad de realizar una biopsia o un tratamiento.
La angiografía es una técnica que utiliza un tinte para resaltar los vasos sanguíneos. Este procedimiento es más útil en situaciones en las que el paciente tiene una hemorragia aguda, de modo que el tinte se filtra por el vaso sanguíneo e identifica el lugar de la hemorragia. En determinadas situaciones, la angiografía permite inyectar medicamentos en las arterias que pueden detener la hemorragia.
La exploración con radionúclidos es una técnica de cribado no invasiva que se utiliza para localizar lugares de hemorragia aguda, especialmente en el tracto gastrointestinal inferior. Esta técnica implica la inyección de pequeñas cantidades de material radiactivo. A continuación, una cámara especial produce imágenes de los órganos, lo que permite al médico detectar el lugar de la hemorragia.
Además, las radiografías de bario, la angiografía y las exploraciones con radionúclidos pueden utilizarse para localizar fuentes de hemorragias crónicas ocultas. Estas técnicas son especialmente útiles cuando se sospecha que el intestino delgado es el lugar de la hemorragia, ya que el intestino delgado puede no verse fácilmente con la endoscopia.
¿Cómo se tratan las hemorragias en el tracto digestivo?
La endoscopia es el principal procedimiento diagnóstico y terapéutico para la mayoría de las causas de hemorragia gastrointestinal.
Las hemorragias activas del tracto gastrointestinal superior pueden controlarse a menudo inyectando productos químicos directamente en el lugar de la hemorragia con una aguja introducida a través del endoscopio. El médico también puede cauterizar, o tratar con calor, un punto de hemorragia y el tejido circundante con una sonda calefactora o un dispositivo de electrocoagulación introducido a través del endoscopio. La terapia con láser es útil en ciertas situaciones especializadas.
Una vez que se controla la hemorragia, a menudo se prescriben medicamentos para prevenir su reaparición. Los medicamentos son útiles principalmente para el H. pylori, la esofagitis, la úlcera, las infecciones y la enfermedad del intestino irritable. El tratamiento médico de las úlceras, incluida la eliminación del H. pylori, para asegurar la curación y la terapia de mantenimiento para prevenir la reaparición de la úlcera también puede disminuir la posibilidad de hemorragias recurrentes.
La extirpación de pólipos con un endoscopio puede controlar las hemorragias de los pólipos de colon. La extirpación de las hemorroides mediante bandas o diversos dispositivos de calor o eléctricos es eficaz en los pacientes que sufren hemorragias hemorroidales de forma recurrente. La inyección endoscópica o el cauterio pueden utilizarse para tratar los puntos de sangrado en todo el tracto intestinal inferior.
Las técnicas endoscópicas no siempre controlan la hemorragia. A veces puede utilizarse la angiografía. Sin embargo, la cirugía suele ser necesaria para controlar la hemorragia activa, grave o recurrente cuando la endoscopia no tiene éxito.
¿Cómo se reconoce la sangre en las heces y el vómito?
- Sangre roja brillante recubriendo las heces
- Sangre oscura mezclada con las heces
- Heces negras o alquitranadas
- Sangre roja brillante en el vómito
- Aspecto de café en el vómito
¿Cuáles son los síntomas de una hemorragia aguda?
- Cualquiera de los síntomas de hemorragia anteriores
- debilidad
- dificultad para respirar
- mareos
- dolor abdominal tipo cólico
- desmayo
- diarrea
¿Cuáles son los síntomas de la hemorragia crónica?
- Cualquiera de los síntomas de hemorragia anteriores
- debilidad
- fatiga
- dificultad para respirar
- letargo
- desmayo
Esperanza a través de la investigación
NIDDK, a través de la División de Enfermedades Digestivas y Nutrición, apoya varios programas y estudios dedicados a mejorar el tratamiento de los pacientes con enfermedades digestivas que causan hemorragias en el tracto digestivo, incluyendo H. pylori y la enfermedad inflamatoria intestinal.
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