El tendón de Aquiles conecta los músculos de la pantorrilla con el talón. Es el tendón más grande del cuerpo. También es el más fuerte, soportando una gran fuerza cada vez que levantas el peso de tu cuerpo sobre los dedos del pie, como cuando caminas, corres, saltas o te pones de puntillas para alcanzar algo. La tendinitis de Aquiles (a veces deletreada como tendinitis) es una inflamación del tendón de Aquiles.
Sin tratamiento, esta afección puede convertirse en un problema a largo plazo, aumentando las posibilidades de rotura del tendón de Aquiles. La tendinitis de Aquiles suele estar causada por el uso excesivo. Es común en corredores y otros atletas. A veces es un signo de una afección articular que afecta a todo el cuerpo, como la espondilitis anquilosante.
El uso de zapatos mal ajustados o de tacones altos todos los días también puede causar tendinitis de Aquiles.
Diagnóstico de la tendinitis de Aquiles
La descripción de sus síntomas y el momento en que se producen suelen ser suficientes para que un médico diagnostique la tendinitis de Aquiles.
Durante un examen físico, su médico puede pedirle que se ponga de pie sobre las puntas de los pies mientras observa la flexibilidad de su talón. El médico también puede tocarle el talón y el tendón de Aquiles para ver dónde es peor la inflamación.
Las pruebas de imagen no suelen ser necesarias, pero a veces pueden utilizarse. Estas incluyen:
- x-rayo para mostrar los huesos del pie y de la pierna
- imagen por resonancia magnética (IRM) para determinar si el tendón se ha roto o ha degenerado
- ecografía para mostrar la inflamación y otros daños en la zona
Síntomas de la tendinitis de Aquiles
El principal síntoma de la tendinitis de Aquiles es una sensación de dolor e hinchazón en el talón al caminar o correr. El dolor suele ser más intenso justo encima de la parte posterior del talón. Al principio, puede ocurrir sólo al correr durante mucho tiempo o al esprintar. Pero a medida que la inflamación empeora, incluso subir escaleras puede resultar doloroso.
Otros síntomas pueden ser:
- movimiento limitado al flexionar el pie
- músculos de la pantorrilla tensos
Tratamiento de la tendinitis de Aquiles
La tendinitis de Aquiles debe tratarse lo antes posible. Si la suya es leve, las cosas sencillas que puede hacer por sí mismo suelen ser suficientes para detener la tendinitis de Aquiles. Estas incluyen:
- Tomar un descanso de la actividad que está causando el problema
- Estirar el tendón de Aquiles antes de hacer ejercicio
- Congelar el tendón después de hacer ejercicio
- Usar un antiinflamatorio no esteroideo como el ibuprofeno o el naproxeno para aliviar el dolor y la inflamación
Para la tendinitis grave o persistente, algunos atletas llevan una férula o yeso para inmovilizar sus tendones doloridos. Las medidas más agresivas incluyen:
- inyecciones de esteroides
- cirugía para reparar el tendón de Aquiles
Prevención
Si corres o realizas otra actividad física que estrese el tendón de Aquiles, hay varias cosas que puedes hacer para evitar que tu tendón de Aquiles se inflame:
- Estire los músculos de la pantorrilla cada mañana
- Cuando haga ejercicio, caliente las piernas durante unos minutos. A continuación, estire el tendón de Aquiles poniéndose de pie con una pierna estirada y luego inclinándose hacia delante mientras mantiene ese talón en el suelo. Cambia de pierna.
- Mezcla tu rutina de ejercicios para intercalar actividades que ejerzan mucha presión sobre el tendón de Aquiles, como correr, con otras que no lo hagan, como nadar.
- Usa zapatos que se ajusten y proporcionen un buen soporte para el arco.
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