Los judíos celebran en Israel y en el resto del mundo el Año Nuevo hebreo, Rosh Hashanah (Cabeza del año en hebreo), el 5778 del calendario, una fiesta que según la ortodoxia conmemora la creación de Adán y Eva, y para los laicos marca el comienzo del año económico y el ciclo agrario. La fiesta comenzó este miércoles 20 de septiembre, con la salida de la primera estrella, y termina el viernes 22 de septiembre antes del anochecer. A lo largo de los siglos y dependiendo de los lugares, el modo de celebrar el Rosh Hashanah ha ido variando en ritos y comidas, pero ha permanecido en la tradición el deseo de que el año que entra sea dulce, por lo que es típico ver en las mesas judías alimentos como dátiles, manzanas y granadas con miel.
La celebración se festeja durante dos días por una tradición iniciada en la Diáspora, cuando se desconocía el inicio de una luna nueva que en su día era dictado por las máximas autoridades en Jerusalén. Según la tradición judía, la festividad del año nuevo conmemora la culminación de la creación del universo y la aceptación de la soberanía divina sobre el mundo. Con Rosh Hashanah empieza el mes Tishrei, durante el que se suele hacer un balance del año y se planifica el que está por venir. El primer día de este mes marca el comienzo de un período de diez días conocido como Aseret lemei Teshuva, que se trata de un tiempo de autoexaminación y contrición espiritual, y termina con Yom Kipur, el Día del Perdón, el 29 de septiembre.
El periodo entre Rosh Hashanah y Yom Kipur se conoce como los diez días de arrepentimiento. En su transcurso las personas tienen la oportunidad de expiar sus pecados.
Un judío sopla un shofar durante la celebración del Rosh Hashanah. | Foto: Ariel Schalit / AP Photo
«Rosh Hashaná quiere conducir al hombre hacia la máxima responsabilidad frente al Creador. El Día del Juicio reivindica la individualidad humana. Todo ser asume delante de Dios la plenitud de su persona. La anónima y absorbente masa se diluye. Cada persona adquiere su jerarquía suprema, absoluta como fin en sí misma dentro del contexto de un universo infinito que tiende a anularla. Las diferencias de clases sociales hacen que unos se eleven y otros se depriman», aseguran desde la Comunidad Judía de Madrid.
«Rosh Hashanah devuelve a todo hombre su carácter de indispensable, de único y por tanto, de responsable. El juicio nos ayuda a reflexionar, y hacer un balance espiritual, para analizar y ver que se puede corregir, donde puede el rumbo ser modificado y renovado», remarcan desde la institución hebrea con sede en Madrid.
Peregrinos ultra Ortodoxos judíos rezan junto a la tumba de Rabbi Nachman de Breslov, en Ucrania, durante la festividad de Rosh Hashanah. | Foto: Valentyn Ogirenko/ Reuters
Tradiciones de Rosh Hashanah
Durante los dos días que dura la celebración del año nuevo hebreo, los judíos practicantes asisten a largos servicios religiosos en la sinagoga y recitan oraciones especiales y cantos litúrgicos cuyo origen se remonta a siglos atrás. Las versiones de las oraciones y de los cantos litúrgicos varían ligeramente de un grupo étnico a otro.
En el marco de esta celebración se toca el Shofar, un instrumento simple y primitivo realizado con el cuerno de un carnero, y que rememora el carnero que Abraham sacrificó en lugar de Isaac, su hijo. El Shofar se toca durante la plegaria de la mañana, y tiene las finalidades de simbolizar la soberanía divina sobre el mundo, recordarles a los judíos la entrega de los mandamientos en el monte Sinaí, recordarles también la devoción hacia Dios profesada por Abraham e Isaac, incitar a la gente al arrepentimiento y, por último, anunciar el día del Juicio y la venida del Mesías, según informan desde el portal de Turismo de Israel.
Durante Rosh Hashanah, también conocido como Yom Hadin (Día del Juicio), se saluda con la expresión ‘Shaná Tová’, que significa el deseo de que el año venidero sea un año próspero y se bendice el uno al otro con las palabras ‘Leshaná tová tikatev vetejatem’ cuyo significado es ‘Que seas inscripto y sellado para un buen año’.
Manzanas horneadas con miel. | Foto: Matthew Mead / AP Photo
En la cena de Rosh Hashanah es costumbre comer una manzana bañada en miel, ya que esta fruta es símbolo del pecado del egoísmo y se moja en la miel para mitigarlo. También es costumbre comer otros dulces para simbolizar un dulce año nuevo, así como comer granadas, como símbolo de un año de abundancia, y cabeza de pescado, como símbolo del deseo de seguir adelante, junto con otros alimentos simbólicos.
Durante la tarde de estos días de celebración es costumbre caminar hasta un río, lago o cualquier otra masa de agua abierta para sacudirse los bolsillos y arrojar simbólicamente los pecados al agua.