Es difícil comprender lo bien que le ha ido a Alcohólicos Anónimos a lo largo de sus años de existencia que comenzaron en 1935. Navegar por las aguas en aquellos primeros días era mucho más traicionero de lo que el miembro medio de la población actual de AA sería consciente, ya que se ha demostrado que los esfuerzos de los fundadores han capeado todas y cada una de las tormentas que aparecieron en el horizonte. Sin embargo, los miembros de AA de aquella época tuvieron la experiencia de comprender los errores de sus predecesores, el Grupo Oxford, que tuvo cierto éxito al registrar más de cien mil miembros sobrios antes de aventurarse fuera de ciertos límites y desviarse del camino cuando la religión pareció convertirse en una agenda más importante que la sobriedad.
Luego hubo una experiencia similar cuando se trató de los washingtonianos que también dejaron que las influencias externas como la política y las cuestiones monetarias externas se apoderaran de la agenda. Estos errores no pasaron desapercibidos por los primeros miembros del programa de AA y pueden haber sido las cosas que marcaron la pauta para ser muy cuidadosos en cuanto a apegarse a nuestro requisito de unicidad de propósito, y estructurar la tradición de una manera que da a los grupos individuales tanta libertad de acción como sea posible para no desalentar la diversidad, pero manteniendo el rumbo cuando se trata de reglas que omitirían a cualquier alcohólico que quiera estar sobrio.
La autonomía es simplemente una forma de independencia que da a cada grupo la latitud para ser creativo a su manera, cuando quiere apelar a ciertas facciones de la comunidad alcohólica en general siempre y cuando no se cruce en cometer esos dolorosos errores que podrían llevarnos por el camino que llevó al desmantelamiento de aquellos grupos que vinieron antes de AA. Hoy, en AA tenemos reuniones que atienden a segmentos específicos de la población de AA, tales como: Reuniones de Hombres, Reuniones de Mujeres, Reuniones Cerradas, (solo para alcohólicos), Reuniones Abiertas, Reuniones de Gays y Lesbianas, Estudio de Pasos, Libro Grande, Habla Hispana, y así sucesivamente. El tema común de todas estas reuniones es llevar el mensaje al alcohólico que aún sufre. Cualquiera que tenga el deseo de dejar de beber no puede ser rechazado si; de hecho esa reunión quiere seguir llamándose una reunión de AA.
Estaba sirviendo en la Marina de los Estados Unidos en el momento en que me puse sobrio a finales de 1969 y poco después de mi celebración de un año de sobriedad, estaba en un avión que se dirigía a las Filipinas para ir a bordo de un buque cisterna de combustible y pasé los siguientes cuatro meses transportando combustible hasta el Golfo de Tonkin y repostando los convoyes de barcos allí durante la Guerra de Vietnam. Durante ese período de cuatro meses no pude ir a una sola reunión de AA. Lo que sí ocurrió durante ese tiempo en el que estuve aislado de las noticias diarias relativas al programa de AA, sin que yo lo supiera, fue la triste noticia de que Bill W. había fallecido. Esto ocurrió poco después de salir del país y cuando regresé a casa ya no era el tema de conversación y no escuché nada al respecto.
Poco después de regresar a casa mi esposa y yo asistimos a una convención de AA en California y para mi sorpresa, el evento principal de esa convención fue la reunión en memoria de Bill W., y no tenía idea de cuándo había fallecido, podría haber sido diez años antes por lo que yo sabía. En el escenario de esa reunión había diez sillas alineadas y en ellas estaban sentados diez de los oradores más destacados de la época, y cada uno de ellos iba a contar una historia de cinco minutos sobre su propia experiencia personal con Bill. La historia que todavia recuerdo de esa reunion es algo asi.
A peticion de algunos de sus amigos de AA de la costa oeste, Bill estaba en un tren que iba a California para hablar en varias reuniones bien planeadas. Los miembros de AA de una pequeña ciudad del medio oeste se enteraron de que su tren se detendría en su ciudad y le preguntaron si consideraría la posibilidad de detenerse un día y hablar en su reunión. Él accedió a hacerlo, como solía hacer en aquella época. Cuando llegó el tren, los miembros del pueblo esperaban que Bill llegara con un séquito de personas que lo asistieran, y habían organizado una bienvenida con una banda, una gran multitud y todos los dignatarios del pueblo. Cuando el tren se detuvo, el único que se bajó fue Bill, que bajó la rampa solo con una maleta. Se dirigió al lugar de reunión previsto y, al comenzar la reunión, Bill se sintió algo sorprendido cuando los miembros comenzaron la reunión con varios himnos de la iglesia. No obstante, cumplió su promesa y dio su charla y volvió a molestarse cuando la reunión terminó con varios himnos más. Despues de terminar su estadia se subio a un tren y siguio su camino.
En el tren, lo que le molestaba a Bill era «que estan haciendo a AA con los himnos» y no le parecia correcto. Entonces Bill empezó a pensar en el tamaño y la población de esa pequeña ciudad, y en el gran número de alcohólicos que asistían a esa reunión y llegó a la conclusión de que, per cápita, esa era probablemente la reunión más grande del país y si querían cantar himnos, pues eso es asunto suyo.
Creo que la tradición cuatro deja a la discreción del grupo individual el considerar las diferentes influencias culturales que afectan a la composición y la estructura del formato de la reunión y creo que Bill acertó siempre que no cambie el espíritu de nuestro propósito principal, llevar el mensaje al alcohólico que todavía sufre y que nadie con el deseo de dejar de beber puede ser rechazado.
Que canten
Por Rick R.