Los tumores hepáticos pueden clasificarse en términos generales como benignos o malignos:
BenignosEditar
Existen varios tipos de tumores hepáticos benignos. Son causados por el crecimiento anormal de células neoplásicas o en respuesta a una lesión hepática, conocidos como nódulos regenerativos. Una forma de clasificar los tumores hepáticos benignos es por su origen anatómico, como hepatocelular, biliar o estromal.(pp693-704)
HemangiomasEditar
Los hemangiomas cavernosos (también llamados hemangioma hepático o hemangioma hepático) son el tipo más común de tumor hepático benigno, encontrándose en el 3%-10% de las personas. Están formados por cúmulos de sangre que están rodeados de células endoteliales. Estos hemangiomas obtienen su suministro de sangre de la arteria hepática y sus ramas. Estos tumores son más frecuentes en las mujeres. La causa de los hemangiomas hepáticos sigue siendo desconocida; sin embargo, se observa un componente congénito o genético en ellos. No se sabe que se vuelvan malignos según la literatura disponible.
Los hemangiomas hepáticos no suelen causar síntomas. Suelen ser pequeños, con tamaños de hasta 10 centímetros. Su tamaño tiende a permanecer estable con el paso del tiempo. Sin embargo, si el hemangioma es grande puede causar dolor abdominal, sensación de plenitud en la zona abdominal superior derecha, problemas cardíacos y disfunción de la coagulación. Los hemangiomas cavernosos se diagnostican con imágenes médicas (no suelen necesitar una biopsia para confirmar el diagnóstico).
Dado su curso benigno y su naturaleza a menudo asintomática, los hemangiomas cavernosos suelen diagnosticarse incidentalmente (por ejemplo, cuando se obtienen imágenes médicas por otro motivo). En cuanto al tratamiento, se suelen controlar con imágenes periódicas, así como de forma más estrecha si la persona se queda embarazada. Si el hemangioma cavernoso crece rápidamente o el paciente es sintomático, se justifica una intervención médica adicional. Las terapias incluyen la resección quirúrgica abierta o laparoscópica, la embolización arterial o la ablación por radiofrecuencia. En cuanto a las complicaciones de los hemangiomas hepáticos, es muy raro que un hemangioma hepático se rompa o sangre.
Hiperplasia nodular focalEditar
La hiperplasia nodular focal (HNF) es el segundo tumor benigno más frecuente del hígado. La FNH se encuentra en el 0,2%-0,3% de los adultos en todo el mundo. El HNF es más común en las mujeres (proporción de 10:1 entre mujeres y hombres), excepto en Japón y China, donde la prevalencia de casos es más equitativa entre mujeres y hombres. El HFN se asocia a mujeres en edad fértil y a mujeres que toman anticonceptivos orales hormonales. Este tumor es el resultado de una malformación arteriovenosa congénita de respuesta hepática. Se trata de un proceso en el que todos los componentes normales del hígado están presentes, pero el patrón por el que se presentan es anormal.
Estos tumores no suelen presentar síntomas. Si son grandes, pueden presentarse con dolor abdominal. Es frecuente que los pacientes tengan múltiples lesiones hepáticas distintas; sin embargo, no tienden a crecer con el tiempo y no suelen convertirse en tumores malignos. El diagnóstico se realiza principalmente con imágenes médicas, como la ecografía o la resonancia magnética con contraste. La mayoría de los HNF presentan una «cicatriz central» característica en las imágenes con contraste, lo que ayuda a consolidar el diagnóstico. Sin embargo, si la cicatriz central no está presente en las imágenes, es difícil diferenciar entre un HNF, un adenoma hepático y un carcinoma hepatocelular, en cuyo caso la biopsia es el siguiente paso para ayudar en el proceso de diagnóstico.
Dada la naturaleza benigna de los HNF y el hecho de que raramente progresan en tamaño o sufren una transformación maligna, los tumores HNF suelen tratarse con seguimiento clínico. Las indicaciones quirúrgicas o la embolización arterial para el HNF incluyen si la lesión del HNF es grande, sintomática o si hay incertidumbre en torno al diagnóstico correcto.
Adenoma hepáticoEditar
Los adenomas hepatocelulares (también llamados adenoma hepatocelular) son tumores hepáticos benignos poco frecuentes formados por hepatocitos, con estimaciones que indican que los adenomas hepatocelulares constituyen el 2% de los tumores hepáticos. Son más frecuentes en mujeres que utilizan anticonceptivos o terapias de sustitución hormonal que contienen estrógenos, en mujeres embarazadas o en personas que abusan de los esteroides. También se asocian a las enfermedades de almacenamiento de glucógeno (subtipos I y III), y los estudios más recientes sugieren que la diabetes, la obesidad, la hipertensión arterial y la dislipidemia son factores de riesgo para los adenomas hepáticos.
Los adenomas hepatocelulares suelen ser asintomáticos y a menudo se detectan de forma incidental en las imágenes. Sin embargo, si los signos y síntomas están presentes, incluyen dolor abdominal inespecífico, coloración amarillenta de la piel y valores de laboratorio de gamma glutamil transferasa y fosfatasa alcalina superiores a los normales. En la mayoría de los casos, se localizan en el lóbulo derecho del hígado y con frecuencia se observan como una única lesión. Su tamaño oscila entre 1 y 30 cm. Pueden ser difíciles de diagnosticar sólo con estudios de imagen, porque puede ser difícil diferenciar entre adenoma hepatocelular, hiperplasia nodular focal y carcinoma hepatocelular. La categorización molecular a través de la biopsia y el análisis patológico ayuda tanto al diagnóstico como a la comprensión del pronóstico, especialmente porque los adenomas hepatocelulares tienen el potencial de convertirse en malignos. Es importante señalar que debe evitarse la biopsia percutánea, ya que este método puede provocar una hemorragia o la rotura del adenoma. La mejor manera de realizar una biopsia por sospecha de adenoma hepático es a través de una biopsia por escisión abierta o laparoscópica.
Debido a que los adenomas hepatocelulares son tan raros, no existen directrices claras sobre el mejor curso de tratamiento. Las complicaciones, que incluyen la transformación maligna, la hemorragia espontánea y la rotura, se tienen en cuenta a la hora de determinar el enfoque del tratamiento Las estimaciones indican que aproximadamente el 20-40% de los adenomas hepatocelulares sufrirán una hemorragia espontánea. La evidencia no está bien dilucidada, pero los mejores datos disponibles sugieren que el riesgo de que el adenoma hepatocelular se convierta en carcinoma hepatocelular, que es un tumor hepático maligno, es del 4,2% de todos los casos. La transformación en carcinoma hepatocelular es más frecuente en los hombres. Actualmente, si el adenoma hepático mide >5 cm, aumenta de tamaño, presenta lesiones sintomáticas, tiene marcadores moleculares asociados a la transformación en CHC, aumenta el nivel de marcadores tumorales hepáticos como la alfa fetoproteína, el paciente es varón o tiene un trastorno de almacenamiento de glucógeno, se recomienda extirpar quirúrgicamente el adenoma. Como la mayoría de los tumores hepáticos, la anatomía y la localización del adenoma determinan si el tumor puede extirparse por laparoscopia o si requiere una intervención quirúrgica abierta. También se sabe que los adenomas hepatocelulares disminuyen de tamaño cuando disminuyen los estrógenos o los esteroides (por ejemplo, cuando se suspenden los anticonceptivos que contienen estrógenos o los esteroides, o después del parto).
Antes se recomendaba a las mujeres en edad fértil con adenomas hepáticos que evitaran quedarse embarazadas por completo; sin embargo, actualmente se recomienda un enfoque más individualizado que tiene en cuenta el tamaño del adenoma y si es posible la resección quirúrgica antes de quedarse embarazada. En la actualidad, existe un ensayo clínico llamado Estudio sobre el Embarazo y el Manejo del Adenoma Hepático (PALM) que está investigando el manejo de los adenomas hepáticos durante el embarazo; sin embargo, los resultados de este ensayo no se han publicado hasta febrero de 2021.
Adenomatosis de células hepáticasEditar
La adenomatosis de células hepáticas (también llamada adenomatosis hepática) es un diagnóstico relacionado pero distinto del adenoma hepatocelular. En los resultados de las imágenes médicas y de la biopsia histopatológica son iguales a los adenomas hepáticos. La adenomatosis hepatocelular se diferencia de los adenomas hepáticos por su definición de más de 10 adenomas hepáticos que se encuentran en ambos lóbulos del hígado en una persona que no tiene una enfermedad de almacenamiento de glucógeno y no está tomando hormonas exógenas. La adenomatosis hepática no está asociada al uso de esteroides (por ejemplo, su tamaño no cambia cuando se toman o no anticonceptivos orales que contienen estrógenos o esteroides anabólicos), lo que constituye otra distinción con respecto a los adenomas hepáticos. La adenomatosis hepática se asocia a una disfunción hepática y a una mayor tasa de hemorragias que los adenomas hepáticos por sí solos. Los datos disponibles indican que se producen hemorragias en aproximadamente el 63% de los pacientes con adenomatosis hepática. La adenomatosis hepática también se asocia a la aparición de un carcinoma hepatocelular. Al igual que los adenomas hepáticos, se diagnostican con imágenes y biopsias según sea necesario. El tratamiento de la adenomatosis hepática es difícil debido a las lesiones múltiples y generalizadas. Hay que revisar las imágenes del hígado para ver si es posible extirpar quirúrgicamente los tumores. El trasplante de hígado es una opción de tratamiento para algunos pacientes.
Quistes hepáticos simplesEditar
Los quistes hepáticos son comunes. Son estructuras contenidas llenas de líquido dentro del hígado. Los quistes hepáticos simples se observan con mayor frecuencia en mujeres y niños. En cuanto a la fisiopatología, se forman en respuesta a eventos del desarrollo y en respuesta a traumatismos e inflamaciones. Además, los quistes hepáticos pueden observarse con la poliquistosis renal y la infección por equinococosis (enfermedad hidatídica).
Pseudotumores:
Los pseudotumores difieren de los tumores hepáticos en que no son una proliferación de células anormales, sino que son «variaciones locales» del tipo de tejido. En particular, los pseudotumores hepáticos pueden confundirse con un tumor hepático en los estudios de imagen iniciales cuando se trabaja en el diagnóstico de una masa hepática. Algunos ejemplos de pseudotumores son: áreas diferenciadas de fibrosis hepática, focos de cambios en el hígado graso y pseudotumor inflamatorio.
CancerosoEditar
- La mayoría de los casos son metástasis de otros tumores, frecuentemente del tracto gastrointestinal (como el cáncer de colon, los tumores carcinoides principalmente del apéndice, etc.), pero también del cáncer de mama, del cáncer de ovario, del cáncer de pulmón, del cáncer renal, del cáncer de próstata, etc.
- El cáncer de hígado primario, maligno, más frecuente es el carcinoma hepatocelular.
- Otras formas de cáncer de hígado primario son el colangiocarcinoma, los tumores mixtos, el sarcoma y el hepatoblastoma.