Cuando la gente piensa en pingüinos, su mente suele ir hasta el Polo Sur. Pero hay un punto caliente de esfénidos que se encuentra en el camino. Trece de las 18 especies de pingüinos del mundo se han registrado en los alrededores de Nueva Zelanda y sus aguas. Nueve se reproducen allí y tres lo han convertido en su hogar permanente. Sin embargo, ninguno de estos pingüinos se aproxima al tamaño de su ancestro recientemente descubierto, Kumimanu biceae, cuyo fósil se encontró hace unos años en Hampden Beach, en la región de Otago de la Isla Sur.
K. biceae no sólo era un pingüino enorme, sino que probablemente era el más grande que jamás haya existido. Su fósil se ha datado en el Paleoceno tardío, hace entre 55,5 y 59,5 millones de años. Con una altura de casi dos metros y un peso de unos 90 kilos, su tamaño era unas 33 veces superior al del pingüino azul pequeño, su llamativo y simpático descendiente. Incluso el pingüino vivo más grande del mundo, el majestuoso pingüino emperador, habría sido empequeñecido por esta colosal ave.
Hace muchos millones de años, los mares estaban llenos de grandes reptiles marinos depredadores. Cuando se extinguieron, en los primeros años del período que a veces se denomina la Era de los Mamíferos, una serie de pingüinos gigantes evolucionaron para ocupar su lugar. Esto parece haber ocurrido poco después de que las aves se convirtieran en buzos no voladores, lo que significa que el K. biceae recorrió una vez las aguas del Pacífico Sur, engullendo un pez tras otro a su paso.
Entonces, ¿por qué no encontramos hoy pingüinos de tamaño alucinante paseando por las playas de Nueva Zelanda? La respuesta está en el agua, según los investigadores. Hace unos 33 millones de años, grandes mamíferos marinos como los delfines con colmillos, las ballenas y las focas -todos ellos con un gran apetito por el marisco- empezaron a poblar los océanos del mundo. Ante la competencia, las especies de pingüinos se redujeron o desaparecieron por completo. Una triste noticia para los amantes de las aves, pero probablemente un gran alivio para los peces.