Recomendaciones diarias de yodo:
100-200 µg/día en adultos
El yodo (I) es un micromineral muy importante, ya que es fundamental en la síntesis de hormonas tiroideas, esencial en la regulación del organismo. Alteraciones en sus niveles pueden provocar hipertiroidismo o hipotiroidismo que produce desarreglos en el metabolismo basal.
El pescado y marisco son prácticamente las únicas fuentes alimenticias de yodo, por lo que personas alérgicas a estos productos, deberían tomar sal yodada de forma protocolizada con el fin de evitar su carencia.
Algunos vegetales contienen sustancias bociógenas (que provocan bocio u otras alteraciones en el tiroides) que entorpecen la acción del yodo, especialmente si se consumen crudas. Son, por ejemplo, la coliflor, la col, el repollo, las coles de Bruselas, etcétera.
Función del yodo
- Primordial para la producción de hormonas tiroideas.
- Facilita el crecimiento.
- Ayuda a quemar el exceso de grasa que tiene nuestro cuerpo.
- Mejora la agilidad mental.
- Interviene en procesos neuromusculares.
- Participa en el funcionamiento celular.
Fuentes de yodo
- Pescados.
- Mariscos.
- Sal yodada.
- Algunas variedades de algas.
- Leche y sus derivados lácteos.
- Frutas.
- Verduras.
Déficit de yodo
La carencia de yodo puede producir distintas alteraciones en nuestro organismo como:
- Bocio: aumento de la glándula tiroides, situada en el cuello, provocando desajustes en las hormonas tiroideas.
- Cretinismo en niños (una deficiencia congénita que provoca retraso físico y mental).
Para poder evitar estas patologías es necesario que la cantidad de yodo ingerido sea la adecuada en mujeres embarazadas y niños.
Toxicidad del yodo
El yodo en exceso puede causar hipertiriodismo: aumento en la producción de hormonas tiroideas habitualmente con un incremento del metabolismo general de la persona que provoca adelgazamiento, nerviosismo, problemas cardíacos, etcétera.